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En medio del caos de la Guerra Fría y la irrupción de la minifalda, durante julio de 1966, se jugaba en Inglaterra la confusa, polémica y muy pero muy manoseada 8º edición de la Copa Mundial FIFA.

14 equipos se sumaron a Brasil (campeón en Chile 1962) e Inglaterra (anfitrión): 9 europeos (Francia, Alemania, España, Suiza, Portugal, Hungría, Bulgaria, Italia y Unión Soviética), 4 americanos (Chile, Uruguay, Argentina y México) y 1 asiático (República Popular de Corea). Los africanos desistieron de participar por denunciar marginación en la repartición de plazas (todavía la FIFA no se había dado cuenta cuantos “votos” aportaba África).

Todo bien, hasta los cuartos.

El torneo se ensució en los cuartos de final (23.07.1966), antes de eso, solo había sido el asunto de “Pickles” El Perro que salvo la copa del mundo y bajo el arbitraje de dos árbitros británicos, Brasil fue eliminada en fase de grupos  (polémicos partidos ante Hungría 1-3 y Portugal 1-3).

Las otras dos series que tenían como protagonistas a los dos candidatos europeos eran de difícil resolución. Así, los definitivos Inglaterra vs Argentina y Alemania vs Uruguay (que inauguraron el Mundial 0-0) habían comenzado a jugarse mucho antes.

La delegación dirigencial argentina llegó al (previo) sorteo de árbitros a la hora estipulada, pero encontraron que la elección ya había sido efectuada. Un alemán (Rudolf Kreitlein) pitaría el encuentro entre Inglaterra y Argentina, mientras que un inglés (James Finney) lo haría en el partido de Alemania vs Uruguay.

La niebla londinense traía sospechas, voces y rumores que se confundían con auras celebratorias. Y así fue. Los temerarios arbitrajes del inglés Finney y el alemán Kreitlein (en simultáneo) garantizaron el pasaje de sus naciones a instancias de semifinal.

Inglaterra 1 Argentina 0

 “El árbitro alemán Rudolf Kreitlein era de estatura baja, calvo y mostraba signos de un carácter autoritario. Mientras los ingleses comenzaron a pegar con la venia del alemán, los argentinos no siguieron el juego… Las faltas que cometían los ingleses eran consideradas por el árbitro alemán como faltas comunes. Si los argentinos cometían las mismas infracciones (incluso más leves) eran sancionados.

En el minuto 33, Kreitlein cobró una falta de (Roberto) Perfumo, lo que hizo que el zaguero le proteste al árbitro y el alemán anotó un nuevo nombre argentino en su libreta. Antonio Rattín asumió el rol protagónico y mostrándole la cinta de capitán pidió un intérprete al árbitro que lo miró y, sin entender una palabra de castellano, decidió que el jugador le había hecho “un corte de mangas” (declaró que Rattín lo miró con una mirada feroz) y lo expulsó. Ahí comenzaron los primeros empujones y algunos jugadores argentinos querían retirarse de la cancha, Rattín se negaba a irse.

Pasaron diez minutos de protesta (partido suspendido) fue sacado por la policía y acompañado por Ken Aston (cabeza del comité arbitral) pero el camino a los vestuarios fue lento y durante su trayectoria, el jugador argentino gesticulaba contra los hinchas ingleses y les mostraba su camiseta. Rattín se sentó en la alfombra de la Reina y al pasar por un vértice de la cancha apuñó el banderín de un córner (una bandera británica), con esto  el público terminó de enloquecer arrojando al terreno todo lo que pudo.”

En el segundo tiempo y con un monólogo de centros (único argumento de ataque de los ingleses) Hurst pudo vencer la valla defendida por el arquero Roma con cabezazo preciso.

Al finalizar el encuentro, varios jugadores argentinos, titulares y suplentes, se abalanzaron sobre el árbitro que tuvo que retirarse con una fuerte custodia policial.

Los aficionados locales calificaron de “Animals” a los argentinos.

Final vergonzosa

Finalmente, Inglaterra y Alemania se encontraron en la (no menos bochornosa) final, donde ganó Inglaterra con un gol que nunca entró a la portería alemana …. desde el siguiente mundial (1970) a fin de evitar escenas en los campos de juego, se establecieron las tarjetas amarilla y roja.

Fuentes: Libro "Historias Mundiales" de Eduardo Cantaro. (Citas entre comillas)

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http://www.danielrucks.com/index.php/deportes/41-vida-y-muerte-de-oscar-quiteno 

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ladron

Al fin tenemos una excusa distinta a “yo pasando iba y estos … a saber … la agarran con uno”, que decora los noticieros de nuestras radios y TV cada vez que atrapan a un ladrón, hoy la onda son los genes.

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