Éramos independientes, libres, tan libres que ni vestirnos necesitábamos, porque nadie había venido a decirnos que nuestras partes pudendas, eran nuestras vergüenzas ….
Estaba sentado en casa, haciendo trabajo domiciliario en la PC, cuando me acordé que tenía que llamar por teléfono a un compañero de trabajo que me tenía que pasar un dato. Marqué el número de memoria desde un fijo. Me contestó un fulano con muy mal humor diciendo:
Cuando soviéticos y estadounidenses se dieron la mano en lo que quedaba de Berlín, en 1945, con Hitler muerto en su bunker y tal cual reza el dicho, “muerto el chucho, muerta la rabia”, era muy pero muy poco, lo que estos “aliados” podían hacer en un futuro con mentalidades políticas tan dispares.