Esta vez vengo cansada, de cargar el título de “mi amor”,
no me llames así, tú por favor solo atraviesa mis sentidos
con caricias, dejemos los preámbulos y estremece mi piel
vengo con ganas de comerte a besos
perderme en el abismo de la humedad que provocan
nuestros cuerpos, al estar encendidos uno frente al otro,
no me llames mi amor, hazme el amor …
así arrebatado, insistentemente deseable, pasional,
déjame perder la cordura en tus deseos,
hazme volar la cabeza como solo tú sabes hacerlo,
guía el paso perfecto de nuestra pasión,
endúlzame cada parte de mi piel, vencida en batallas
de ausencias ,de caricias, pero por favor no me llames
mi amor, para no romper el encanto, para no perder
la magia, de lo que somos y hemos sido tú y yo…
Arráncame la ropa con la misma fuerza de la última entrega,
Contramina mis espacios con tu cuerpo de hombre,
Navega en mis labios y quédate ahí, para acariciarte
Más allá de lo que puedas imaginarte,
Traigo una maleta de deseos, dispuestos a entregarse
Al destino ideal, y resulta que una vez mas
Eres tú, por eso mi eterno silencio grito permanente de mi piel,
Tu por favor no me llames mi amor, solo hazme el amor.
Acércate para condenarte a mis caricias, a mi entrega total,
Acércate y vuela conmigo hasta perdernos juntos,
En el momento completo de ser tuya por voluntad, por decisión
Pero, tu solo tu no me llames mi amor, porque a mi me
Me encanta como me haces el amor ....
Ni tirados a los leones, ni peleando con una red ante gladiadores, las Historias tradicionales del cristianismo (y de las historias verbalmente trasladadas de generación en generación por los católicos) enumeran miles de mártires cristianos. Sin embargo, existe muy poca evidencia histórica para tales afirmaciones.
Cuando el siglo anterior no era tan viejo, sino que era setentón nada mas, la amistad nos unía y eran años de sol y bicicletas y ser dueños del pasaje y del parque...