El famoso libro de Mary Shelley, no era conocido en esta parte cuscatleca del mundo, cuando una joven estudiante de ciencias, a la que no le dejaban ejercer medicina por aquello de la misoginia de la época (una mujer no puede ser profesional universitaria!), creó vida.
La Dra. Victoria Frankenstein, hija de padre alemán bohemio y cazafortunas, que llegó de marinero en el SS Douglas que encalló y se hundió frente a los Cóbanos y llegó tranquilamente nadando a costa, se comió un pescado frito y dos Pilsener y se fue a buscar la capital.
La encontró y con las monedas de oro que se embolsó en el naufragio, compró un galerón en la naciente ciudad de Mejicanos y puso almacén, consiguió esposa, tuvo hija (Victoria), hizo plata y se fue a navegar otros mares.
Dejó bien provista a madre e hija, almacén, le construyó el laboratorio a su hija, que estudiaba medicina, y ahí Victoria, sin título porque se lo negaban, daba consulta y ayudaba con medicinas a la gente más desposeída de la zona. Los vecinos la adoraban.
Pero en horas nocturnas, Victoria y su asistente, un joven medio bruto y enano llamado Benito, armaban su experimento, el primer hombre creado artificialmente, Adán … para hacer corta la historia, lo armaban en base a partes de animales y otras partes de cadáveres, estaba casi listo … solo faltaba el cerebro.

El cerebro debía tener señales de vida aún, así que Benito se rebuscaba en funerales recientes, muy artesanales para la época …
Mientras Victoria esperaba, miraba a Adán … lo imaginaba con vida.
En eso llegó Benito … “cerebro de niño de 8 años, atropellado por un bus de la Ruta 2” … entraron a un proceso muy complicado, pero tal como esperaba Victoria Frankenstein … la criatura cobró vida …
Se incorporó, abrazó a Victoria y le dijo:
- Mamá …tengo hambre, no hay Nucitas ?
Y ese fue el carácter de Adán, andaba a los saltos, por toda la casa, luego salió a la calle, a jugar con los otros niños, que en un principio huían despavoridos de ver esa bestia de 2. 30 ms verde saltando entre ellos … pero después se fueron acostumbrando, claro, vivía en él … un niño de 8 años y tal era su conducta.
Era un buen niño, ayudaba en los mandados, hacía tareas, no cabía en los pupitres, pero era bueno en matemáticas, así que hacía buenas compras por encargo y ningún tendero trataba de darle baje, por temor a semejante bestia.
Un día un grupo de señoras, se presentaron a casa de Victoria.
- Ese su monstruo es un degenerado! Se orina en nuestros jardines, delante de todo el mundo y como tiene semejante ….(la señora se pasaba el abanico) … miembro, queda a exposición de toda la gente!
Claro, la criatura tenía cerebro de niño, pero cuerpo proporcional de 2 30 metros, “proporcional” …se entiende ? Había que dormir al monstruo y conseguir otro cerebro, “adulto, por favor Benito, aunque no quiero saber de quién es”.
Pasaron unos cuantos días sin muertos a la redonda, Benito montó guardia noches enteras, hasta que unos días después, con gran pompa y boato, se efectuó un funeral, adulto, 42 años, por las señas que obtuvo Benito …

Con el cerebro llegó esa madrugada al laboratorio de la Dra. Frankenstein, el fiel Benito, procedieron a la lobotomía respectiva … y una vez más, crearon vida … pero esta vez fue diferente, Adán se despertó, incorporó, miró a la Dra, caminó hacia ella, le dio un empellón y le dijo:
- Vieja, necesito pisto ando de goma.
Y así, comenzó con el “nuevo Adán” una odisea que empezó peor de lo que había terminado la anterior; este Adán no jugaba con los niños vecinos, los empujaba, tiraba al suelo, les robaba la pelota y la mordía hasta reventarla; no era bueno en matemáticas, era una bestia iletrada; iba donde los tenderos y les saqueaba las cajas registradoras; les tocaba a las nalgas a las señoritas vecinas y a las menos señoritas …también.

Se convirtió en el terror público, todos huían al verlo salir. Un día, una señora benefactora de la comunidad repartía comida para los menos favorecidos, viendo que había cámaras y periodistas, se puso junto a la señora a regalar dinero de su bolsa (robaba mucho, tenía mucho), la señora benefactora no entendió nada y se asustó, pero al ver que la bestia verde la ayudaba a hacer el bien y sonreía a las cámaras, lo dejó seguir.
- Esta vez, no solo sacó su …”instrumento” para orinar el jardín, sino que quiso ir a orinar a la habitación de mi hija mayor.- La señora seguía con su abanico.
- No solo le toca las nalgas a las sirvientas .. a los hombres también.
- Se emborracha en las cantinas, y después pasa tirado durmiendo en el parque.
La Dra. Frankenstein no pudo más, salió corriendo al laboratorio, encontró a Benito y lo increpó:
- Necesito saber Benito, mis sospechas son terribles, de donde sacaste ese cerebro ?
- Usted me pidió que no le dijera – se defendió Benito.
- Te pido que me lo digas …acaso era de un ….??
- De un ..??
- De un diputado ?
- Ssiiiii – contestó avergonzado y susurrando Benito.
- Hoy si ….- dijo la Dra. Frankenstein – hemos creado un verdadero monstruo.
Aunque Trump se llene la boca hablando de que no existe tal cosa como el daño al planeta por emisión de gases y afines … es un hecho que todos los desfases que vivimos, épocas de lluvias retrasadas y prolongadas, calores extremos y sequías … son nada más ni nada menos que puro calentamiento global.

La ineptitud, inoperancia, incapacidad y todo lo que empiece con “in” menos ingenio, son características de nuestras oficinas públicas y privadas. La tropicalización de las Leyes de Murphy, elaboradas por el gran sabio Dimas Chuchini (es un maestro de lo tropical con “Guanaco Sólido”), dejan en evidencia la adaptación de algunas de ellas a nuestro país.
Imaginen ustedes que el fútbol hubiera quedado exactamente igual, a como los ingleses, que se apropiaron del juego que practicaban los chinos, mientras construían su ferrocarril, lo reglamentaron en el Freemason´s Tavern el 26 de octubre de 1863 … se darían, hoy día, jugadas … inquietantes !