
Soy un niño de nueve años, compartido, se preguntara usted porque compartido? bueno… porque pertenezco a dos territorios parcelas diferentes, la de mi papá y la de mi mamá…
… ellos ya no están juntos… sabe? Se divorciaron, o al menos eso fue lo que quisieron explicarme cuando yo tenía siete y me dijeron que papá y mamá, ya no iban hacer papá y mamá entre ellos, si no Luisa y Mario el uno para el otro, pero que siempre seguirían siendo mi papá y mi mamá.
Soy hijo del territorio de mi papá los fines de semana desde el viernes a la salida del colegio, hasta el domingo a la hora del ángelus, como dice mi abuelita.
Entonces papá (Mario) va donde mamá (Luisa), me deposita en el pórtico de la entrada e intercambian dos frases…
- Hola Luisa, aquí te dejo a Esteban.
- Se portó bien?
- Sí, como siempre - y me da un beso con su barba de domingo que pica y se va rápido, siempre se va rápido.
Entonces entro al territorio de mamá de domingo a jueves, que es otra parcela diferente con más espacio y más juguetes y más jardín, porque mamá se quedo con la casa donde yo nací… papá se tuvo que ir, sabe?

El territorio de papá es más pequeño pero a mí me gusta, porque es un apartamento chiquito, donde también tengo juguetes y papá se esmera en que la pasemos bien y vamos al fútbol o al mar, a mí me gusta el fútbol y yo… bueno, me adapto …
Así también tuve que adaptarme al hecho de que en el territorio de mamá exista desde hace un año Héctor, que no me cae muy bien, porque fuma habanos y huele mal, aparte, que no se porta muy bien con mamá, ya la he encontrado varias llorando en las esquinas de su parcela, solita y en silencio.
Solo estoy esperando crecer lo suficiente para romperle la cara a Héctor, por tanto daño que le hace a mamá, ella no se lo merece, pero no sé… se ve viejita últimamente, a diferencia de Elena, que sé yo, Elena entró a la parcela de papá con nuevos aires, tal vez porque es más linda, más joven, se me ocurre que en una de esas, hasta que lo quiere … hasta mi papá se ve mas joven desde que apareció Elena.

Ahora, usted se preguntará señor vagabundo que toca la armónica, y desde hace años pasa enfrente a ésta que era mi casa, de quién de chiquito me decían que si no comía verduras, me iba a llevar con usted… porque le cuento todo esto… sabe por qué ?
Porque desde que papá y mamá y ya no se hablan más que las frases del domingo a la hora del ángelus, y ya cada cual es mas de Elena y de Héctor, sabe qué?
Desde entonces ….
Yo voy sintiendo que cada vez pertenezco menos …
Yo me voy sintiendo cada vez más ajeno en cada parcela ….
Yo me voy sintiendo cada día más solo …

Resulta, mi pétrea ilusión, que son vanas tus jactancias de pretender que me derrito por ti … tus vociferaciones descuidadas “Ese? Ahhh ese se muere por mi ….” Que te han oído decir múltiples veces en múltiples lugares, donde casualmente yo nunca estoy …

Los historiadores clásicos, jamás se detuvieron en temas básicos de la convivencia diaria, como la constitución del hogar, familia, pareja y sexo …
Siempre fue más importante, batallas, generales, guerras y territorios conquistados o perdidos. Todo esto dio lugar a que en el tema vida diaria, todo se basara en mitos o sucesos narrados de generación en generación.
Usted está en viaje de negocios, digamos que en México DF (aunque puede ser la ciudad que usted quiera), la empresa lo ha mandado con gastos pagados a un hotel de cinco estrellas, ha trabajado como burro, son las 10:30 pm de su última noche y usted no piensa en dormir …