Es un mal hábito nacional, cada vez más arraigado, cada vez más de moda, criticar al otro … siempre al otro, nosotros, yo (en primera persona) … jamás tengo culpa de nada!
Esta cuestión de la “inminente” llegada de la vacuna COVID-19 a nuestro país ( lo de inminente tal como se lee, hay 43 países que ya están vacunando, sin ir más lejos Costa Rica), plantea una serie de dimes y diretes, que ya que estamos, basados en documentos vamos aclarando …
Le pasamos echando a la culpa al 2020, por el Covid19, las muertes, la proliferación de los caprichos políticos, no como estrategia sino por ignorancia, aunque tendemos a olvidar que los países que tomaron iniciativas al respecto ( que fueron más buxos, pues) terminaron el 2020 ya vacunando …
Ríos de saliva que terminarán en cascadas, cataratas, esteros que drenan al mar, en el 2020, todos nos volvimos políticos, todos fuimos médicos, todos eruditos en estadísticas, todos meteorólogos,todos hablamos con propiedad de que si la molécula del virus flota en el aire o cae al sueelo … baba y más baba, saliva y más saliva …
Lo peor del 2020, es que todos estamos plenamente convencidos, que por ser año fatídico, el 31 de diciembre termina, y el 1 de enero, ya amanece un año espectacular …. No no no …
Su verdadero nombre es Joseph Robinette Biden Jr, pero para efectos políticos es un nombre extremadamente rimbombante para recordar…. Así que es masivamente conocido como Joe Biden, un hombre completamente opuesto al magnate que ocupará el timón de la primera potencia mundial.
Muchachos preparemos la cortina de humo
uno para todos, todos para ninguno
elijamos pareja, elegante y con esmero
Bailemos compañeros el vals del desafuero
Llegamos al borde de la locura
Todo inició en un abrazo contigo,
más veloz aún el sentimiento
que la emoción ...
Aporto el título de este post en defensa de la democracia ante la amenaza de quienes quieren cuidarla. Lo digo en serio. Y además agrego que ya mismo hay que salir a socorrer de su cautiverio a gran parte de los legisladores sometidos a una parálisis y huevonería cerebral que cada día les carcome el ya escaso soporte de dignidad que les queda.
Después de tanto tiempo de pelearme con los chats, Facebooks, Twiters, Instagrams, WhatsApps y afines, me di cuenta que eran necesarios … sucumbí, perdí mi virginidad cibernética.