Cuando Magdalena tenía 14 años pensaba que el mundo no era injusto. Que íba a vivir hasta viejita y que lo peor que le podía pasar era que su mamá (mujer de carácter férreo) no la dejase ir a alguna fiesta con el “noviecito rubio de ojos azules y con dinero” que algún día habría de aparecer.
Le pasamos echando a la culpa al 2020, por el Covid19, las muertes, la proliferación de los caprichos políticos, no como estrategia sino por ignorancia, aunque tendemos a olvidar que los países que tomaron iniciativas al respecto ( que fueron más buxos, pues) terminaron el 2020 ya vacunando …
No es tan simple como “tómese dos aspirinas y vuelva mañana”, mucho menos, “tómese este té y rece tres Padrenuestros” en el Siglo XIII, se trata de epidemias masivas que nos han afectado a lo largo del tiempo.
Aporto el título de este post en defensa de la democracia ante la amenaza de quienes quieren cuidarla. Lo digo en serio. Y además agrego que ya mismo hay que salir a socorrer de su cautiverio a gran parte de los legisladores sometidos a una parálisis y huevonería cerebral que cada día les carcome el ya escaso soporte de dignidad que les queda.
Quien dijo que la vida es difícil? Nambeeee Chele !!
Difícil es orinar en un tubo de ensayo !
Hace años, se tomaba como una cuestión natural, que llegado el momento y la edad, se venía el declive, el bajón, y R2D2 no funcionaba más …