Soy fanático de las Leyes de Murphy, como podrá darse cuenta cualquier cristiano (musulmán, judío, budista, etc.) que lea este blog. Por lo general la “murphyología” se aplica a cosas de trabajo y similares, hoy se me ocurrió meternos más en como Murphy y su ley (“Todo lo que puede salir mal, saldrá peor”) afecta en el ámbito hogareño.
Retomando el tema de hace un par de semanas en Parte 1 http://www.danielrucks.com/index.php/cuento-breve/1086-exaltacion-de-la-flatulencia-parte-1
… hemos de decir, que lo de los gases mortales de Sansón, el Crepitante y el almirante Nelson, un poco como que exageran … no?
El problema surge, cuando empezamos a escuchar la noticia tecnológica: el anuncio ya es eminente, se vienen días 5G.
Entonces que pasa? Todos los que llevamos días 5G, incontables días 5G … demasiados días 5G, apelamos al recurso desesperado! O sea buscamos el “upgrade cibernético” ..
Complicado, pero cierto, difícil de digerir, pero casi real … la emancipación femenina ya se daba desde tiempos bíblicos y si no vean como Sara se la pasó manipulando a Abraham en los 127 años que vivió y en los 174 que vivió el Patriarca, aun le sonaba en los oídos.
Hace unos días, en mi cumpleaños, mi esposa y mis hijos me regalaron un cupón válido por una semana de entrenamiento en un buen gimnasio, con promoción de 50% descuento si me enganchaba después. Independientemente de que yo pensaba que estaba en excelente forma … se ve que el espejo de ellos desenfoca, y quizás ya se dieron cuenta que me salté del pantalón talla 34 al 36 …. Y bue …
Estoy tratando de entender un poco la onda, porque resulta que mis amigos más cercanos, ya panzones y calvos, les ha agarrado la pila de ya no jugar futbol, ya dejar de correr tras la chimbomba … y dedicarse al golf.
Todo el mundo dice que se lo pasa brutalísimo en la cama ... de eso no me cabe la menor duda … lo que no tengo seguro es que sea haciendo el amor, tal vez echando una siesta o pegando una dormida a pierna suelta un domingo hasta el mediodía.
La historia de Ariadna, Teseo y el Minotauro tiene su origen en la mitología griega. Ha recorrido la trayectoria de la historia cultural, de modo que lo han empleado, recreado y comentado sucesivos autores de nuestra tradición. Hay que advertir que existen diversas versiones del mito.