Hace muchos años, siendo apenas un niño, quien hoy es don Américo se fue a su habitación a hacer la maleta más triste de su vida. Su madre, a la que nunca más volvería a ver, le dijo antes de que el hijo partiera: «Nunca traiciones tu origen milanés, Américo, y jamás te irá mal en la vida».
Dicen los analistas , que el hecho de que yo escuche a Silvio Rodríguez, deja ver en mí, de inmediato, una leve tendencia izquierdosa.
07:26 am suena la alarma del despertador, esta ha sonado unos minutos más tarde de lo normal, -¡!maldita alarma¡! nunca suena a la hora indicada-hubo un apagón anoche quizás; saltó de la cama como un soldado que va a la guerra, tomó una ducha rápida, me visto, no hay tiempo para combinar camisa, pantalón y corbata, salgo despavorido para el trabajo, a dos cuadras la mente me juega una mala pasada, las neuronas me recuerdan que he olvidado mi teléfono celular, -¡!maldita sea¡!-digo en mis adentros, regreso por él, llego a la parada del autobús y éste ya ha partido, no me queda más que esperar el siguiente.