“¿Que más pedir? Con tu amor,
mi rancho, un árbol, un perro,
y enfrente el cielo y el cerro
y el cafetalito en flor…” (Alfredo Espino “Un Rancho y un lucero”)
Dos alas! Quien tuviera dos alas?
Analizando la poética de nuestro insigne “poeta niño”, publicada, por compilación de varios amigos y bajo el visto bueno de Alberto Masferrer dos años después de su muerte, bajo el título de “Jícaras tristes” (1930/32/36) que todos leímos en la escuela, era claro que en su sencillez, en su lenguaje claro y muy puro estaba pidiendo desesperadamente que alguien le echara una mano.
Nacido en Ahuachapán, en una familia de ocho hermanos, Alfredo fue el segundo, hijo de madre maestra y padre abogado y poeta, respiró letras y poesía desde muy temprana edad.
Los Espino eran una familia que seguía la tradición de la docencia, jurisprudencia y letras, eran parte de una élite de familias occidentales, que poseían ingresos para codearse en la alta sociedad de la zona, debido a la bonanza temprana del cultivo del café.
Esto le permitió tener una muy adecuada formación académica, difícil en aquellos días, que corona graduándose de abogado en 1927 en la facultad de Jurisprudencia y Ciencias Sociales de la Universidad de El Salvador, presentando su tesis basada en Sociología estética.
Aquella muchachita pálida …
El romanticismo y modernismo estaba en boga en las letras de nuestro país, Ruben Darío (viviendo en El Salvador) y Francisco Gavidia lo pregonaban en sus escritos en décadas previas, Alfredo toma algún de esos elementos, los reduce a la sencillez de lenguaje y empieza a escribir de manera dispersa, desde temprana edad, en papeles sueltos …
Publica en revistas literarias como Opinión Estudiantil, Lumen y en los periódicos La Prensa y El Diario de El Salvador, escribe sobre la naturaleza, el paisaje, el nacionalismo correctamente entendido.
Pero como todo joven, empiezan a recorrer sus arterias los torrentes de pasión y amor juvenil, buscando el cauce de esos sentimientos, se tiene noción de dos grandes amores, en un principio de una joven que no encajaba en los cánones sociales de los Espino y cuya relación le fue prohibida por sus padres … y en segunda instancia, de una empleada de servicio, romance que corrió igual suerte … *
Alfredo, se refugió en la bohemia, en la vida nocturna, en los amores alquilados de prostitutas de la época, como medio de liberar tanto amor que le era frustrado por razones de “abolengo”.
Como una cosa lleva a la otra, y más en un espíritu sensible, el alcohol, el consumo de los primeros derivados del opio, morfina, que eran las primeras drogas que se conocían en los bares y prostíbulos de San Salvador de inicios de siglo XX, más los primeros somníferos como “la dormidera” comenzaron a ser parte de sus noches.
Los he visto tan tristes que me cuesta pensar, como siendo tan tristes nunca puedan llorar !
Las noches de alcohol y amores vacíos, fueron llevando a Alfredo Espino a un severo estado de depresión, poco se sabía de aquellas enfermedades psico somáticas en la época, y por lo general, eran asociadas a la demencia y remitidas al pabellón Psiquiátrico.
Debemos recordar que la familia Espino, era sumamente conservadora, y no podía permitirse esto último, luego, conservar apariencias, bajo la idea de que todo estaba bien, era normal la bohemia en un joven de 28 años, le permitieron y lo dejaron pasar …
La noche del 24 de mayo de 1928, solo Dios sabe, si Alfredo Espino quiso quitarse la vida, si se excedió en su ingesta de alcohol, somníferos y hasta cloroformo para lograr dormir … pero el “Poeta niño” se marchó hacia el sueño eterno, donde sí podía ser quien quería y tomar como esposa …a quien quisiera.
Tenía 28 años, el suicidio era un crimen contra Dios mismo (lo sigue siendo) con pena de ex comunión póstuma, las apariencias siguieron guardándose…
Pero los amigos que empezaron a recopilar sus 96 poemas, a efectos de que fueran de público conocimiento nacional, siempre supieron que fue suicidio, y lo hicieron saber.
… tal vez igual que a los bueyes, que describía, a Alfredo le estaba prohibido llorar …
(Ojo ..a diferencia de muchos otros, todo es verídico en este post).
Tenía yo 12 o 13 años, recién llegado a la hermana República de Honduras, colegio nuevo, compañeros nuevos, pollo comprado total y para sacarme del estupor un profesor pasando lista:
- Adolf Hitler Rosales !
- Presente, profe …
Todavía los países del Sur de América convulsionaban, era la época del caudillismo, la pasión desplegada en los campos de batalla se trasladó a los campos de fútbol, con métodos por lo general menos violentos.
"Lo fusiló", "lo ajustició", "lo aplastó", "fue un misilazo a la portería", "cuerpo a cuerpo", "la Batalla del departamento de Santa Ana" (así los oí llamar al Metapán – FAS), "gladiadores", "lo vapuleó en la refriega", "velan sus armas", y por supuesto, estamos hablando de fútbol.