“Mario me llamo, Mario !” contestaba medio enojadón cuando alguien le decía Canuto fuera del teatro, fuera de la TV.
Corrían los ochentas, hacíamos teatro en medio de la guerra, y con llenos terribles, la gente de nuestro país quería divertirse, reírse, en medio de tanta muerte de Salvadoreño vs. Salvadoreño. Actuábamos con el Grupo Camaleón de Eugenio Acosta Rodriguez (“Chico Tren”, para los más memoriosos, padre de nuestro compañero Roberto Acosta que era una “mumuja” rompiendo utilería y paciencias en los ensayos).
La obra era “La casa de Salud” de Alfonso Paso y Joaquín Dicenta, ya estábamos en ensayos y no me acuerdo quien dejó el elenco y un papel de la obra (llamado Canuto), y faltaba un actor

Acosta Rodríguez apareció al día siguiente con un actor joven, que conocía de Teatro Estudiantil, que probó hacer el papel y apantallándonos a todos …quedó. Ese día Mario Segura se convirtió en Canuto.
Domingo para todos
De mucha elocuencia y muy creativo, yo desarrollaba en Canal Dos los ciernes de lo que sería el proyecto “Domingo para Todos”, vi en Mario el excelente contrapunto que en realidad fue, para un programa que llegó a durar seis horas y media en vivo, y necesitaba tener un apoyo en diálogos … le ofrecí la chamba, la agarró, le fascinó.
En ese primer mes “Domingo para todos” casi sale del aire, se nos iban los patrocinadores, que era eso de que el presentador anduviera en bermudas, alpargatas, solo porque el estudio era un horno …. o disfrazado.

Canuto fue un buen apoyo, aunque de buenas a primeras, costó que el personaje de teatro funcionara en TV, hubo que adaptarlo. Pero cuando en base a pocos recursos y mucha creatividad, logramos superar ese mal arranque … el programa topó ratings y hoy, casi 30 años después, sigue en boga en la TV nacional.

Los sucesos
Sobre los hechos que se desencadenaron en octubre de 1989 y que provocaran la salida de Canuto del programa y de la vida pública no puedo ni quiero profundizar mucho, no puedo porque nunca conocí muy bien el caso, y no quiero porque lo que tenía que decir se lo dije a él en persona.
En aquellas épocas sin cable, los locales eran el “cotilleo farandulero”, y el hecho de que fuera acusado de un o unos errores tales como los de Mario, significó su muerte civil.
Quiero dejar en claro, que ante las acusaciones y el revuelo provocados, tuve de inmediato que darle de baja de TV y que es solo una leyenda urbana que se haya quedado escondido dentro del disfraz de “Minguito”.

El llamado
Los caminos de Dios son misteriosos, a veces me da por pensar que la única manera de sosegar el espíritu indómito e inquieto de Mario y llamarlo a su lado, para Nuestro Creador fueron los hechos que desencadenaron su caída.
Pasaron varios años para que me lo volviera a encontrar, como predicador y locutor de radio católica, siempre positivo y en buena actitud; yo salía a correr en las madrugadas, y me lo encontraba a veces, ocasionalmente, en el final de una vigilia de las que hacía como predicador, en una de estas tiendas de conveniencia 24/7.
La muerte física de Mario se dio esta semana anterior, como toda enfermedad …dolorosa, como toda vida, llena de anécdotas …

El líder mundial, después de una jornada agotadora, en la que había decidido la invasión armada de dos naciones (una latinoamericana y una africana, en nombre, por supuesto de la democracia), luego de derrocar a un dictador en Asia y aumentar los intereses moratorios de la deuda externa a niveles de ahogo, para recuperar el déficit fiscal, como a eso de las ocho treinta de la noche, se retiró a su recámara de descanso.

Los romanos, fueron expertos, en crear unidades de trueque, monedas, darles diferentes valores, según cada período Imperial, pero además, para usarlas en sus momentos conmemorativos, eran además de todo, un instrumento de propaganda, que iba de mano en mano …

Fue un 4 de diciembre, años ha … y muchos, 1872, uno de los misterios más grandes de la historia, que hoy, ciento cuarenta y dos años después sigue sin resolverse (aunque la verdad, poca gente se acuerda).