Comalapa, 3 15 pm, jueves, hasta el mecate de gente como siempre … Los pasajeros ya subían al área de migración, aunque faltaban todavía setenta y cinco minutos para la hora de salida.
Gómez se iba del país, para siempre … Estaba solo, como solo había vivido sus 40 y pocos años … miraba las tiendas del Duty Free, los restaurantes donde te venden un sándwich por $ 17. 50 y encima con caras de bravo, las azafatas con mesura y un dejo de idealismo.
Miraba todo como despidiéndose para siempre. Sintió hambre y se le antojó comer una hamburguesa, pero recordó que había pasado todo su dinero a euros. Tenía sin embargo aún un poco de saldo en el teléfono que nunca volvería a usar en su vida, y viendo que nadie lo había ido a despedir … solitaria como había sido siempre su vida, decidió llamar a alguien, que se yo …a cualquiera, cualquier número.
Se detuvo unos instantes a inventar un número. Lo fue armando de a poco, con las cifras que más le gustaban y en su orden preferido. Marcó. La señal sonó tres veces y atendió una mujer.
– Hola? –dijo.
– Buenas tardes –contestó Gómez.
– Con quién quiere hablar? –preguntó la mujer.
– Con nadie en especial –dijo Gómez–. Me estoy yendo del país y quise llamar a alguien, para despedirme.
– Y por qué a mí? –preguntó ella–. Usted me conoce?
– No, no creo –contestó él– Yo marqué cualquier número. Marqué el número que más me gustó.
– Y en qué se va –preguntó ella– . En avión?
– Si –dijo Gómez.
– En cuanto tiempo sale? –dijo la mujer.
– En sesenta minutos …Qué va a hacer? Rastrear la llamada? –preguntó Gómez.
– No. Voy a buscar mis cosas. Yo vivo aquí nomás en Santo Tomás y si me apuro, llego, quiero irme con usted, como lo reconozco? –fue la respuesta.
Gómez sintió que un escalofrío caliente le recorría el cuerpo.
–Soy el único que va de traje gris y sombrero haciendo combinación ….apúrese –dijo–.
–Voy para allá. Me tomo un taxi –dijo ella, y colgó.
Gómez, eterno soltero, que jamás había tenido novia siquiera, y que jamás había fumado, se despachó cuatro cigarrillos.
Se acercó al tablero de salidas. Ya toda la gente había subido a la sala de partidas. Y algunos parientes y amigos de los que viajaban se tomaban con éstos de las manos en las últimas áreas permitidas y lloraban a mares …
- Verdad que me vas a mandar las remesas? – era la frase más escuchada.
– Hola –dijo de pronto una voz, muy cerca de Gómez. Por Dios! La desconocida en cuestión, la del teléfono, era bellísima, sumamente perfecta y muy simpática, llevaba una maleta pequeña y vestía de violeta con botas rojas ...
– Ah. Es usted? – preguntó Gómez
– Sí. Usted también es usted?
– Sí –dijo él– es increíble, toda mi vida he soñado con una mujer como usted y aparece de la nada, a punto de abordar un avión ! Jamás he tenido alguien en mi vida …
– O sea que usted es virgen? – preguntó ella
– Si – exhaló en un suspiro Gómez
– Yo también … - e hizo una hermosa caída de ojos … que tuvieron que gastar como cuatro minutos buscándolos y recogiéndolos en el piso del aeropuerto congestionado.
– Y porqué se quiere ir?
– Y quien se quiere quedar en este país de Estado fallido?, la gente se va a la mierda en la primera ocasión que encuentra ….- contestó ella con una dulzura muy procaz.
“Apúrese. Este es el avión … saque su pasaje y vamos a subir.” – le dijo Gómez.
– No tengo dinero –contestó ella–. No me lo puede comprar usted?
– No –dijo él–. Solamente tengo euros y no hay tiempo para cambiarlos. El avión se va. Ya es la hora.
– Devuelva su pasaje –propuso ella–. Nos vamos a uno de los hoteles aquí cerca y después sacamos dos pasajes para mañana.
– Ya es tarde –dijo Gómez–. No se pueden devolver los pasajes. Ya cuando uno tiene pase de abordar no se puede. Lo sé porque trabajé muchos años en el aeropuerto.
Gómez besó a la mujer, era el más dulce de los besos imaginado, ella besaba y olía deliciosamente … Gómez no sabía como desligarse de ese beso, hasta que el Capitán del avión lo agarró del hombro y lo subió con una ligera patada en el culo.
– Otra vez será –dijo Gómez
– Sí, tal vez en otra ocasión –dijo ella.
– Sí –dijo él, y lo metieron al avión
Cuando llegó a la escala en Riga, Letonia, se dio cuenta que ni siquiera sabía el nombre de la mujer que por siete minutos … fue el amor de su vida.
Para conocer un poco más de este detectivesco personaje de mi invención, es bueno leer “Johnny Acetileno” http://danielrucks.com/~danielru/index.php/cuento-breve/1386-johnny-acetileno en este mismo blog.
Mi plan de venganza del sobalevas, mal cuñado, que mi hermana Marianela metió a casa (ver post anterior) resultò tal como yo lo habìa planeado solo que exactamente al revés.
… y canta, porque un pueblo que canta, nunca muere, es imposible que país con identidad nacional y cultural muera, no se requieren para ello ni 40´s ni 10 %´s de cuota de programación radial …