Un teatro muy venido a menos, un telón amarillo/café tonalidad escupitajo hepático, fue muy exitoso en los 50s, pero pasó a manos del Gobierno y desde entonces se deshace a pedazos ….
El telón amarillo/café caca, muy roído por polillas está cerrado, se abre de manera torpe, con premura, un ruido espantoso y sin cuidado.
Los roedores huyen por el escenario vacío, se escuchan sus minúsculos pasos en la tarima, no forman parte del espectáculo.
La escena está iluminada por una luz cenital que quizás sea roja, pero creo que es un poco verde, desde donde estoy no se alcanza a definir. No soy daltónico, pero convengamos que mi ceguera no ayuda.
Ingresa al escenario un hombre, mayor, setentón, en un traje negro, elegante pero raído por el tiempo, hace como que va a agarrar el micrófono y recuerda que micrófono ya no hay, hubo que empeñarlo para pagarle al de la limpieza …
“Quiero hablarles, sintetizarles, resumirles en un concepto, que es el amor – dice el hombre, y carraspea …
El amor no requiere justificaciones …
Si se transforma en una canción, es una canción que con el tiempo puede ser aberrante o salvadora. Lo que fue hermoso será horrible después, dice la canción, casualmente.
Puede ser que el amor sea encontrarte en un pasillo oscuro y en lugar de regalarme un beso a tientas, me regales una anguila eléctrica.
El amor es quedarse sin buses ni taxis, a las tres de la mañana, culpa de estirar el beso ulterior y ver el amanecer frío con una sonrisa en la cara y el pecho.
El amor es hogar de lagartos y salamandras
Es escuchar “When a man loves a woman” de Percy Sledge, una y otra y otra y otra vez.
Es caminar por el desierto, mientras nos mojamos los pies con la arena abrasante.
Es vibrar en sintonía con algo que no sabemos qué es, pero está ahí, latente, zumbando.
Puede haber amor entre dos, hombres y mujeres, un pulpo y una liebre o una ameba y un caracol, un tirano y un espejo, Narciso y su propia imagen.
El amor es una mosca que no para de chocar contra el cristal de la ventana, no quiere hacerlo, aunque sabe que se hace daño.
El vidrio se rompe.
Los pedazos de cristal, de la ventana rota por la mosca tozuda, caen en el centro del escenario, no provienen de ningún lugar, sólo aparecen y caen y se estrellan y se hacen cristales más pequeños. Una catarata de vidrios.
El amor se ve en el azul de tus mejillas.
Es morir de sed en el oasis de Siwa, con los labios descarnados y la mirada perdida.
El amor tiene voz de soprano.
Es oler el sudor del otro y llorar de alegría.
El amor chilla, patalea, flota, miente, obsesiona, dice barbaridades, llena el ambiente de mariposas carnívoras, mira la panza de la luna acostado en el pasto, vomita diamantes, hace zancadillas, se sabe de memoria toda la obra de Benedetti, nada en el océano interior de Ganímides…
El amor pulsa, muerde, titila, bosteza, llora berreando, se esconde entre las estrellas dormidas y se deja llevar por las corrientes del Mar de los Sargazos…
El amor es verte aparecer en el chat, vestida con un vestido azul, que te llega hasta las rodillas. Descalza, dejando un reguero de flores amarillas tras tus pasos.
No se sabe, se desea, es la suma de ambos ….
de nosotros ….
de lo que fuimos “
El telón intenta moverse pero no puede, tiene demasiadas ratas colgando de el, muy trabajosamente comienza a cerrarse.
Nadie aplaude, porque como es obvio …
… no hay nadie
Soñar es fácil. No digo hacerse ilusiones, sino acostarse a dormir y que te pasen una película por la cabeza. Yo sueño siempre, no como la Griselda, mi esposa, que dice que no sueña. Para mí que lo que le pasa es que no escucha el argumento de sus propios sueños, porque ronca tanto que parece el fin del mundo.
El Papa Francisco nos pegó un jalón de orejas … “tratemos de vivir una Navidad menos mundana”.
Un día de estos, hace años ya, unos cuantos a decir verdad, estando con toda la familia en misa, esas misas para niños que ponen a los chiquitos adelante y el sacerdote que no se las quiere tirar de el “Steve Jobs de la teología” habla en lenguaje coloquial, Monseñor Delgado (que lo maneja muy bien) trataba de explicar a los niños las diferencias entre el cielo y el infierno, el bien y el mal, entre “arriba y abajo”, empezó a preguntar a los niños si preferían ir “arriba o abajo”.