"Nadie como yo, en estos siglos dorados, puede llegar a tener, al morir, un cadáver tan atractivo y tan virgen – decía Amparo, ya con tres tequilas entre pecho y espalda en otra noche taciturna de no ver a nadie y hablar con menos gente aún ..."
La televisión mentía vida perfecta en pocas cuotas, por teléfono y sin moverse de su casa, shipping and handling, no batteries included, y Amparo esperaba la película porno de la medianoche con la avidez inconsolable de todos los fines de semana.
Pueblo chico, infierno grande, Amparo había cumplido cuarenta y uno el pasado agosto, y todo el mundo lo sabía, había tenido un único novio en su juventud y todo el mundo lo sabía, había guardado su doncellez para el momento de la boda que nunca fue y todo el mundo ... lo sospechaba.
No es que fuera fea, era atractiva, aunque lamaba poco la atención, y no porque tuviese defecto alguno, a no ser por la halitosis que le había heredado su última década de borrachera intermitente. Usaba anteojos en la oficina y basta, un poco pasada de peso y algo de pancita, era una mujer guapa ...
Tal vez por la prolongada relación de noviazgo con Gabriel (el novio de siempre que se fue a Bruselas detrás de su profesora de francés ), los hombres se habían acostumbrado a no acercársele, mitad por respeto, mitad por falta de ganas, aunque la segunda mitad era bastante más que el cincuenta por ciento anterior.
Todos los rumores del mundo habían circulado ya en el pueblo, que estaba loca, que dormìa con sus quince gatos ... en fin.
Achaques de vieja prematura, soledad y TV, tequila y vodka, oficina y lotería, melodrama y doncellez perpetua ...
No tendía a la depresión, no, se tenia una autoestima considerable que le permitía campear a través de la vida sin aflicciones, pero Dios !!, a esta edad no haber conocido hombre la estaba devorando por dentro, mientras el vecindario la devoraba por fuera ...
Fue en junio del año pasado, cuando se hizo la luz, jugadora empedernida de lotería ganó un premio menor, de esos que no sirven más que para reembolsar y comprar más billetes, un premio insignificante, sólo eso, pero en fin ... pueblo chico, infierno grande.
Su hermana Abigail, era jefa de redacción de “El Telégrafo” periódico local de poca circulación, pero era elemento suficiente... ante tanta noticia falsa o exagerada que se publicaba a diario... no se podría “agrandar” un poquito la noticia de Amparo ?...
- La de la lotería, Abigail ...
- Qué quieres que diga ?
- Que gané un premio “importante” en la Lotería – pidió Amparo.
- Pero que tan “importante” ?
- Sin cifras, lógico, sólo ...”importante”
Apareció la noticia a los pocos días, diciendo que
“Una destacada dama, miembro de la sociedad de San Román, ávida jugadora de lotería, residente en la calle Cnel. Suarez (donde sólo habían tres casas, una era una cantina y la otra estaba vacía) ha ganado un “importante” premio de la Lotería Nacional en el último sorteo. Felicidades !!”
Excelente recurso, comenzaron a llover las flores, las llamadas de felicitación, el carnicero viudo, el “dandy” del pueblo, un par de viejos verdes y unos cuantos jóvenes que necesitaban dinero para escapar del pueblo, el cartero, cartas anónimas de algunos casados, en fin ... todo el lado masculino del pueblo.
Amparo se chupaba los dedos ante tal selección, “Poderoso caballero es don Dinero” y lo que “la natura non da, al menos la tarjeta de crédito me lo alquila”.
Se decidió por un mozalbete menor que ella, atractivo, caballero, limpio, al que acogió en su seno y... en su regazo ...
Lógico, al poco tiempo, el joven, al no ver claridad alguna en el asunto monetario, no apareció nunca más y fue reemplazado por el policía del banco, para efectos de probar la fuerza bruta y después... y después ...
Ya no hubo necesidad de alcohol ni TV barata, los gatos adelgazaron ante la falta de cuido, el recambio de sábanas era constante, Amparo embellecía ante los ojos del pueblo ... claro .. podía darse ese lujo “estaba llena de dinero”.
Hasta que se dio cuenta que a ella, la “vieja loca”, la “loca de los gatos”, la “borracha de Coronel Suarez”, el pueblo se le había terminado y antes de que la treta se destapara y su dignidad fuera pisoteada, vendió su casa, muebles y se marchó a otro pueblo ...
... donde pudiera hacer con su dignidad lo que le diera la gana ...