Acabo de denunciar en el Departamento de Convivencia de la Procuraduría, a Doña Glide, que vive al lado de mi casa y tiene Alzheimer y le ha agarrado por escupir a la gente que pasa por la acera , desde la ventana.
Por supuesto los escupitajos, me caen a mi y a mi familia, cuando pasamos por ahí o tenemos que dar toda la vuelta a la manzana y aparecer por el otro lado,
Yo creo que el Concejo Deliberante del Departamento de Convivencia debería hacer algo con esta mujer... Pero sabe Dios cuándo me van a contestar los de la Procuraduría, más ahora, que andan eligiendo Procurardor que les “quede a la medida”, y no logran encontrarlo …
Para colmo de males, dos clientas de las que nos compraban los deliciosos panes dulces con jalea de membrillo que hornea mi mujer los domingos, ya no nos van a comprar más, porque Doña Glide las roció con escupitajos cuando iban con los panes “de regre”.
De excusa, me dicen, que empezaron la dieta del sirope y el jugo de limón. Yo no creo que duren mucho, porque les gusta comer pan dulce a lo lindo.
Hoy tuvimos treinta grados a las 9 30 de la mañana y un sopapo de agua a las 11 00 am, hasta sapos salían de las alcantarillas, mi hija menor, Sofía me trajo un dos en Álgebra !
Cuando fuimos a traer los ingredientes para el pan dulce, mi hijo Casto (Casto de nombre, en la práctica es un “coscolino” de primera) se pasó un rojo y nos cayó una multa. Ciento cincuenta dólares por lo del semáforo, y ciento cinco porque es menor de dieciséis. Total: doscientos cincuenta y cinco tusas que hay que pagar o nos incautan el Pick Up, modelo 2004, que es el único vehículo que tenemos toda la familia para movilizarnos …
Mi mujer estaba que echaba humo, y lo corrió al Casto por toda la casa hasta el patio hasta que lo agarró en un voleo y se desquitó con una cachetada.
Anteayer me cesantearon, me despidieron, después de veinte años en Plastivida S.A., y no consigo ni para cortar la grama de las vecinas, nos ha tocado la mala. El recibo de luz vino doble, y tengo que convencer al usurero del mercado, que me aliviane … sin no, perdemos hasta la luz.
Así que me puse a manejar yo, para evitar que lo jodieran al Casto otra vez, el tráfico es un desastre, los que manejamos, manejamos para la mierda y las motos sentís que te salen hasta de la guantera
…
Tratando de incorporarme a la entrada de la capital, nadie te da paso por nada del mundo, como si llegar 30 centímetros antes que uno, fuera la gran hazaña, bomper con bomper, nadie avanza …
Pero como todavía existe gente buena en el país, allá a lo lejos, lento, nervioso, en una “carcachita” roja, venía un señor mayor, de esos que manejan con la nariz pegada al parabrisas y gentilmente, me dio paso, haciendo ademanes con sus manos y una sonrisa … le quedé muy agradecido.
Dos horas y 500 metros más adelante, por aquello de los carriles, el señor amable, ya iba adelante mío … en ese momento comenzaron las sirenas a todo bombo a sonar como locos …
Toda la gente se empezó a “orillar a la orilla” pensando que podía ser una ambulancia, bomberos, algo importante, pero no … era la comitiva del funcionario con tres motos adelante y tres atrás y cuatro Suburbans negras iguales, hechas un pedo en pleno congestionamiento …
Siempre me he preguntado porque los funcionarios deben llegar antes si al final del día no han hecho nada? Cual es la prisa? Pero resulta que el señor viejito de la “carcachita” quizás no sabía del procedimiento, y siguió rodando, lento, sin buscar la cuneta …
Inmediatamente las tres motos lo rodearon, bloquearon, le mentaron la santísima madre y el pobre señor estaba al borde del infarto …
Me bajé, fui a ver al señor, hecho un manojo de nervios y blanco como Liquid Paper me dijo que estaba bien …
- Dejen de joder al pueblo, nosotros pagamos sus sueldos, persigan ladrones que sobran … - les dije a los patrulleros, no me contestaron nada.
Pero al ver que venían las Suburbans con campo despejado, me arremangué la camisa y con todas mis fuerzas, levanté el brazo con el dedo mayor levantado entre el índice y el anular …
La comitiva del funcionario me pitó la vieja …
… por primera vez en varios días, me sentí sumamente halagado.
Plim, Plam, Plim, Zap !! Sonidos onomatopéyicos pertinentes, dos maletas, portazo, un segundo después ...silencio, fue el último beso, te fuiste. ya no soy yo de ti ni tu de mi.
Creo que las noches frías traen consigo caricias de melancolía, que el masoquismo es una prueba de amor sincero, que no hay propuestas decentes en una mirada indecorosa, que el olvido es una excusa que no existe. Creo en el dialecto de las miradas, en los poetas sin musas, en los “para siempre” aunque siempre terminen. Creo que las manos tienen su lenguaje en las caricias, que la luz roja del semáforo está diseñada exclusivamente para besar a la persona que amamos, que no hay abrazo de despedida que no se lleven un poquito de uno.
Y escribo “inoxidable” porque parece que en aquellas épocas doradas de la Edad Media, cuando un esposo, caballero, se marchaba muy a las Cruzadas, o sea de París a Jerusalén, seis años de camino y guerra ….