Desde hace una semana que vengo con una duda que me carcome los intestinos. Pero hubo tanto ir y venir con el tema de las lluvias, la Independencia que celebramos desde hace 201 años pero que no era tal, y ésta que lo es aún menos, la crisis del Firpo que ya estaba cantada, que recién ahora puedo sentarme otra vez en casa y mirar a mi alrededor.
Ayer al mediodía llego a la cocina y le pregunto a mi esposa sin preámbulos:
— Mi amor, nosotros somos clase medio baja, o clase media alta?
— No sé … cuantos carros tenés?
— Solo uno y a duras penas funciona …- le contesté
— Pero porque le tenés cariño y no vendés esa chatarra … somos clase media … jodida.
— Pero aunque tuviera otro carro, del año o de unos cinco años, cambiaría algo? Por ejemplo, que vendría a ser para nosotros la Matilde?
Matilde, es la señora, que con mucho cariño y desde hace años, nos ayuda con las labores de casa, con la crianza de nuestros hijos …
Mi esposa me mira como si yo estuviera loco y me dice:
— Es la sirvienta... no?
—Cómo que la sirvienta? —digo—. Desde cuándo tenemos sirvienta nosotros?
—Qué sé yo—me dice—, desde que la tomaste como sirvienta. No me molestés que estoy leyendo chats ...
—A nosotros nos hace falta diálogo, Sandra Eduviges: … yo nunca tomé una sirvienta!
—Habrás estado borracho —me dice mi esposa sin darle importancia—. Y lo que nos falta no es diálogo —agrega bajito—: lo que nos falta es tema.
—Ahora bien Sandra Eduviges: te consideras de clase media porque tenés un teléfono inteligente última generación…? – le pregunto
—<EL teléfono inteligente lo tengo, porque me lo mandó mi hermana desde los UNAI, y conste, tengo un teléfono inteligente pero carezco de un esposo inteligente! – me fulminó
Tratando de sacar un poco las patas, porque mi mujer ya me iba ganando 2 a 0 antes de la pausa para hidratarse, volví a lo de Matilde …
— Es un escándalo! —le digo a Sandra Eduviges—.Matilde vive en casa y tiene llave porque sí, porque ella lo decidió. Esta casa es el “viva la pepa”. Tenemos una intrusa, una espía, y nadie se entera de nada acá!
Mi mujer me miró por encima del smartphone pero poquito …
—Te das cuenta ? No vas a hacer nada? Quién es el hombre de la casa?
Mi mujer se ríe, quiero tomarme un café pero no hay agua caliente …
—Claro que sí, esto es el colmo —digo y enseguida pego un grito—: Se enfrió el agua!
Al segundo llega Matilde desde el lavadero:
—Disculpe señor, estaba lavando... Ya le traigo termo nuevo con agua caliente para el cafecito. Desearía algo más?
—Sí —le digo—.Donas al 2 x 1 de septiembre del Mister Donuts, no muy quemadas y un cojín.
—Lo que mande señor —dice Matilde.
A mí se me enervan los pelos de la nuca:
—Matilde venga para acá por favor! —le digo con tonito de autoridad, pero suavecito por las dudas …
—Mande
— Usted qué lugar ocupa en esta casa? – le pregunta mi esposa
— Yo? —dice, sorprendida—. Yo soy la sirvienta, señora Sandra Eduviges.
Me río:
— Nosotros no tenemos ni tendremos nunca sirvienta! – pego yo el grito alegando humildad.
—Ah no? —me dice Matilde—. Qué es esto que tengo en las manos, señora Sandra Eduviges?
—Ropa sucia —le dice Sandra
—Usted cómo me paga señor?
—Por semana. – le contesto.
—De qué nacionalidad soy? – pregunta brava, por las dudas me muerdo los labios.
—Diga de dónde soy, ¡Responda!
—Hondureña ... —contesta Sandra con un susurro.
—Todo dicho —me dice, y se va moviendo el bulgushte—. Si me permite, voy a conseguirle donas al Jefecito.
— Qué carácter tan terrible tenés! — le digo y me enfrasco otra vez en la sección Deportes del periódico.
Es increíble las maneras que tiene la vida de avisarte que ya no sos tan tan pobre como antes. De que sos un poquito menos miserable... aunque ganes lo mismo o menos, pero este horizonte aspiracional de la neo sociedad salvadoreña nos jode a todos …
Los políticos nos entuturutan …
Los influencers nos influencian …
Nosotros felices, durante años, como una familia unida, con Matilde que nos ayuda desde hace años … que es considerada parte de la familia … pasamos hambre del 20 en adelante …
… y ahora del cielo, esta clase media baja nos da la noticia que tenemos smartphone y una sirvienta!
No te faltan arroyos para juntar la fuerza de un rio ni ríos para proclamar la serenidad del mar ...
Es el día de la Patria y enhorabuena, ciento noventa y ocho años de Independencia no se celebran así nomás, desde el campanazo premonitorio de José Matías Delgado diez años antes de la firma del acta de emancipación, campanazo que por cierto no sabemos a ciencia cierta si fue en La Merced, si fue en El Rosario, si fue en El Calvario, si fue Matías Delgado, es más ni siquiera sabemos si realmente fue, pero lo celebramos (antes celebrábamos más el 5 de noviembre), y colocamos nuestra Independencia en el marco de exaltación general.
"Era un oficial y recibí una orden, si no la hubiera cumplido habría caído en la peor de las vergüenzas" (Hiroo Onoda).