Aún más cerca en tiempos, de los crímenes de Jack el Destripador, cuya identidad nunca fue descubierta en aquel Londres Victoriano, en los sesentas, la policía nunca supo si Albert DeSalvo, asesino confeso, fue realmente el estrangulador de Boston.

 

 

 

En el Boston de los años 60, las mujeres de toda la ciudad inundaban las tiendas en busca de una cosa: cerraduras. Los cerrojos y las cadenas de las puertas se agotaron rápidamente y los refugios para animales vieron un aumento en el número de personas que buscaban perros. Se había corrido la voz de que había un asesino suelto, el llamado Estrangulador de Boston.

 

 

 

Durante dos años aterradores, las mujeres solteras de Boston parecieron morir a un ritmo alarmante. El asesino atacó a mujeres jóvenes y mayores y atacó hogares en diferentes barrios. La policía pronto notó un patrón en cómo el Estrangulador de Boston agredía sexualmente y posaba a sus víctimas, atando lazos alrededor de sus cuellos con medias o sujetadores.

Pero a pesar de su intensa búsqueda del asesino, el Estrangulador de Boston resultó esquivo... hasta 1964. Entonces, un ladrón y violador llamado Albert DeSalvo afirmó que él era el asesino. Un conocido pretencioso con una historia que no se sostenía del todo, las afirmaciones de DeSalvo quedaron bajo sospecha y nunca llevaron a una condena.

 

 

 

 

Los asesinatos del estrangulador de Boston

El 14 de junio de 1962, el Boston Strangler atacó por primera vez. El asesino se coló en el pequeño apartamento de ladrillo de Anna Slesers, de 55 años, y la estranguló hasta matarla con el cinturón de su bata azul. Cuando la policía llegó al lugar a la mañana siguiente, descubrieron que Slesers también había sido agredida sexualmente y que el cinturón alrededor de su cuello estaba atado con un lazo.

Su hijo, que había encontrado su cuerpo, insistió en que su madre no tenía enemigos. La policía especuló que ella había interrumpido un robo y que el ladrón la había matado.

 

 

 

 

Pero luego dos mujeres más fueron asesinadas de una manera inquietantemente similar. La policía descubrió los cuerpos de Nina Nichols, de 68 años, en Brighton, y de Helen Blake, de 65 años, en Lynn. Ambas mujeres tenían las medias atadas con un lazo alrededor del cuello, mientras que Blake también tenía su sostén abrochado alrededor del de ella.

 

 

 

A partir de ahí, las muertes llegaron rápidamente. En agosto, Ida Irga, de 75 años, fue encontrada asesinada. Dos días después, Jane Sullivan, de 65 años, fue descubierta estrangulada con sus propias medias de nailon. Y ese diciembre, se encontró el cuerpo de Sophie Clark, de 21 años.

“Cubrí los asesinatos y tenía miedo. Tenía una madre anciana en Medford, y después del quinto estrangulamiento, tenía tanto miedo que fui a su apartamento e instalé dos cerrojos... Pero después de un tiempo ya no podía comprarlos. Agotado." – declaró un periodista de Mass Moments.

 

 

 

 

Patricia Bissette, de 23 años, fue encontrada muerta el 31 de diciembre de 1962. Mary Brown, de 69 años, fue descubierta el 6 de marzo de 1963. El estrangulador de Boston se cobró tres víctimas más ese año: Beverly Samans, de 23 años, y la vieja Evelyn Corbin y Joann Graff, de 23 años. Todas las mujeres habían sido agredidas sexualmente y estranguladas.

No estaban más cerca de atrapar al Estrangulador de Boston cuando asesinó a Mary Sullivan, de 19 años, en enero de 1964.

 

 

 

La identidad del Estrangulador de Boston siguió siendo difícil de alcanzar. Es decir, hasta que un hombre llamado Albert DeSalvo se atribuyó el mérito de los asesinatos.

 

 

 

 

 

La confesión de Albert DeSalvo

En octubre de 1964, Albert DeSalvo, de 33 años, fue arrestado por irrumpir en el apartamento de una mujer, atarla y agredirla. Le dijo a la policía que había irrumpido en cientos de casas y cometido cuatro violaciones, alardeando: "Si supieras toda la historia no la creerías... Todo saldrá a la luz".

 

 

Nacido el 3 de septiembre de 1931, DeSalvo tuvo una infancia violenta. Él y sus hermanos fueron “vendidos” en un momento por su padre, y DeSalvo y su hermano fueron golpeados regularmente. DeSalvo también recordó más tarde que una vez vio a su padre “arrancarle los dientes a mi madre” y luego “romperle cada uno de los dedos”.

Cuando era joven, DeSalvo comenzó a ganarse la reputación de criminal sexual. Se hizo conocido como el “Hombre que mide” por hacerse pasar por un agente de modelos para poder manosear a las mujeres (lo que llevó a un arresto en 1960) y el “Hombre verde” por una serie de allanamientos de viviendas y agresiones sexuales que cometió en toda Nueva Inglaterra. .

 

 

Pero al principio la policía no tomó en serio a DeSalvo como sospechoso. No coincidía con las descripciones físicas que tenían del Estrangulador de Boston. Es más, su nombre nunca apareció durante la investigación y no había evidencia física que lo vinculara con ninguna de las escenas del crimen.

Albert DeSalvo afirmó ser el estrangulador de Boston, pero no le creyeron.

 

 

 

 

Duda, presidio y muerte

 

 

El 6 de marzo de 1965, Albert DeSalvo confesó formalmente ser el Estrangulador de Boston. Dijo que había matado a 11 víctimas sospechosas del estrangulador de Boston, así como a otras dos mujeres, incluida Mary Mullen, de 85 años. En junio de 1962, Mullen fue encontrada muerta en su casa. DeSalvo dijo que murió de un ataque cardíaco en sus brazos, lo que confirmó su certificado de defunción.

Pero aunque DeSalvo parecía saber mucho sobre los asesinatos, hasta detalles como el color del grifo de la cocina de Mary Brown, no fue acusado de los crímenes del Estrangulador de Boston. Un psiquiatra forense descubrió que era esquizofrénico y un “confesor compulsivo que necesita desesperadamente ser reconocido”. En cambio, Albert DeSalvo fue declarado culpable de robo y agresión, y condenado a cadena perpetua por las violaciones del “Hombre Verde”.

 

Ocho años después, en noviembre de 1973, un compañero de prisión lo mató a puñaladas. Todo lo que DeSalvo sabía sobre el Estrangulador de Boston murió con él, si es que realmente sabía algo. Algunos dudaron de la veracidad de su confesión y temieron que el verdadero asesino todavía estuviera ahí afuera.

Esa duda persistió durante décadas. 

 

Aunque Albert DeSalvo murió en 1973, el misterio del Estrangulador de Boston no murió con él. Algunos creyeron en su confesión. Otros sospechaban que DeSalvo había admitido su culpabilidad sólo por atención y dinero y que el verdadero asesino salió libre.

A partir de 2001, la policía recurrió al ADN para intentar resolver el misterio del Estrangulador de Boston para siempre, los investigadores exhumaron el cuerpo de DeSalvo para analizar su ADN con la única evidencia de ADN jamás recuperada: los fluidos seminales encontrados en la cama de Mary Sullivan. Para su decepción, las muestras no coincidían.

 

Pero a medida que se desarrolló la tecnología del ADN, los investigadores decidieron intentarlo de nuevo. En 2013, compararon el ADN dejado en una botella de agua por el sobrino de DeSalvo con los fluidos seminales dejados en la cama de Sullivan.

Esta vez, las dos muestras coincidieron. Sin duda, los investigadores exhumaron el cuerpo de DeSalvo una vez más y analizaron el ADN de su fémur y tres dientes, y ... por fin, encontraron una coincidencia.