Has quedado en el silencio de mi piel
En la mirada perdida, donde se fue tu rostro;
Mis manos quedaron vacías de ti
Llenas de nada más que recuerdos,
Esos donde eras el dueño de mi placer
Se me ahogan los besos en el tiempo,
La piel aun te reclama en tardes de deseo
En noches de insomnios húmedos,
Donde apareces vibrante dentro de mi
Ya eres recuerdo, ya soy tu olvido
Pero aun así
Solo con recordarte , puedo amarte
Te recuerdo, con tu beso prolongado
Que me robaba el aliento
Que me abrigaba con su pasión,
Que me estremecía, y hacia volar
Entre sus brazos,
Te recuerdo intensamente,
Te ansió en mis sueños vacíos,
Te llevo en el recuerdo de mi piel
Te recuerdo, tanto que a veces
Tiendo a sospechar que un beso mío
Extrañas en algún lejano recuerdo!
Te recuerdo como magia lejana
De un tiempo que pudo llamarse nuestro!
Si pasara una vez, cada de vez en cuando, sería una maravilla, pero no es así, es el diario trajinar de nosotros salvadoreños, en la capital de nuestro país.
A raíz de recordar el 29 de septiembre pasado, los casi cuarenta años de la muerte de Albino Luciani, Juan Pablo I, tras ser Sumo Pontífice solo 34 días, comienzan a reflotar dos preguntas:
Oscarito, era chiquito muy chiquito, vivía con su padre ( al menos así le llamaba él) que era muy pero muy viejito, y estaba muy enfermo … (al menos eso decían en el pueblo, la verdad nadie la sabía).