El Salvador, país nuestro querido, vive un tiempo de polarización que además de ser absurdo, carente de argumentos, simplista, berrinche de niños bochincheros … es insoportable.
Hoy hasta los partidarios de la pizza tradicional versus los partidarios de ponerle piña a la pizza, se trenzan en mentadas de madre e insultos soeces en comentarios, Facebook y todas las redes sociales … siempre disfrazados de nadie o alguien más, de manera salvaje y cobarde.
Ni que hablar cuando el tema es fútbol, religión o política.
Y es una vergüenza, porque hoy, los ciudadanos Salvadoreños padecemos tanta corrupción, ineficiencia y autoritarismo como antes, como en las mismísimas épocas, de conciliación, como en épocas de guerra, como antes y después de los Acuerdos de Paz del 92.
Nada ha cambiado, todo sigue igual, pero nos aferramos férreamente a ideas vacías, a pleitos inocuos, a aruñones de señoritas peleando…. Eso si, siempre desde el anonimato, jamás dando la cara.
Qué bien que nos vendría en estos tiempos de cólera y rencor de gatillo fácil en twitter una dosis de sabiduría y coraje patriótico! Qué bien que nos vendría que bajemos de la nube y platiquemos nuestras diferencias, cara a cara, para buscar soluciones alternativas.
Porque todavía vive el deseo de paz en el corazón de los Salvadoreños. Porque todavía lo necesitamos para recuperar la confianza en nosotros mismos.
Y así seguimos buscando, quienes habrán de regir nuestro municipio, nuestra Asamblea Legislativa sin pensar en las características de quien buscamos, sino defenestrando las características del adversario.
Estamos hablando de elegir a alguien que como primer acto asegure libertad de prensa y defienda la libertad de expresión como lo garantiza el artículo 6 de la Constitución, Constitución tan humillada durante demasiado tiempo. Que tenga como principal preocupación no concentrar el poder y se preocupe para que el Poder Legislativo y Judicial sean realmente independientes.
Por eso cuando escucho los vacíos discursos de nuestra clase política y la chorrera de insultos que vienen después, no los puedo entender. Insisto con un concepto: el político que no puede defender su propia dignidad jamás podrá defender la dignidad de los ciudadanos. Quien no puede lo menos, no puede lo más.
Divididos siempre seremos esclavos. Justo hoy que estamos tan enfrentados, tan fragmentados como sociedad. La entrega hacia los demás se puede llevar como bandera hacia la victoria.
Justo hoy que padecemos una grieta, una fractura social expuesta como herencia de tantos y tantos años de política personalista y que nos va a costar mucho tiempo poder cerrarla, porque no hace más que ensancharse.
Para reafirmar nuestra identidad y para que sigan sembrándose utopías libertarias en el seno de nuestro pueblo y por todos los rincones de El Salvador …
Libertad de poder trabajar sin condicionamientos y sin trampas …
Libertad de poder circular por nuestras calles sin temor y sin pánico …
Libertad de poder enterarnos realmente que pasa en el país, sin medias verdades ni cortinas de humo.
Libertad de poder ver el atardecer desde la puerta de nuestra casa, platicando con el vecino, sin cuidarnos ni descuidarnos las espaldas …
Libertad de convertir con una pelota y cuatro piedras nuestra calle en un estadio y jugar sin golpes ni tipo alguno de insultos …
Libertad de poder pensar y escribir lo que pensamos sin insultos y sin ofensas …
Para que la Patria se nos siga iluminando aún en los momentos más oscuros. Para que nos siga uniendo en el medio de tanta división.
Porque el hecho de que la persona que no piense como yo, tenga razón, no necesariamente significa que yo esté equivocado ….
… pero no por eso lo voy a agredir cobardemente sin dar la cara ….
Y a El Salvador compatriotas o lo sacamos del hoyo entre todos o nos hundimos con él ….
Yo me neurotizo, tú te neurotizas, él se neurotiza, nosotros nos neurotizamos, vostros os neurotizais, ellos se neurotizan … pero ninguno se neurotiza tanto cono el asno que viene pitando atrás mío !
Hace mucho tiempo, yo tenía una novia buena y hermosa. Me amaba con una devoción tal, que no pude resistir la tentación de ser malvado. Me solazaba en la traición, en el capricho, en la impuntualidad, en la mentira gratuita.
Brasil 1950 fue la cuarta edición de la competencia que ahora se ha convertido en el pináculo del juego de fútbol a nivel de todo el planeta … acababa de finalizar una guerra, el mundo estaba en caída libre ….