Cuando un fulano no sabe cómo explicar que las cosas no salieron como debían salir o como él dijo que iban a suceder, suele justificarse con la deplorable frase “lo que pasa es que, en este tema, dos más dos no siempre es cuatro … puede ser cinco”. Una zafada clásica.

Por ejemplo: dígame señor encuestador … cómo puede ser que ustedes decían que ganaba el candidato Tepezcuintle y terminó arrasando Nuégado? “Bueno…” - dice el encuestador nervioso, no sólo porque metió la pata con Tepez sino porque todos nos dimos cuenta de que recibía su “pata de cheje” del otro - “lo que pasa es que en el tema de las estadísticas y la sociología no siempre dos más dos es cuatro … a veces da cinco”. Y te mira fijo como diciendo “por favor no me preguntes más que la recontracag … por no salir a encuestar a nadie, solo hicimos un par de llamadas telefónicas”.

Es una muletilla que se adapta a todas la situaciones y con la que zafan economistas, analistas, profesionales, políticos, funcionarios, futbolistas, candidatas a reinados de belleza y afines. “Lo que pasa es que en materia energética no siempre dos más dos es cuatro” dice un ministro mientras uno enciende el ventilador y se derrite de calor … hay racionamiento, se queda sin luz toda la manzana.

En el fútbol, “lo que pasa es que en el fútbol no siempre dos más dos es cuatro, es más casi siempre es cinco” dice el DT para explicar por qué todos sus defensores se quedaron atornillados al césped mientras un delantero de 1,60 les cabeceó sin marca, y sin saltar un golazo en el área chica.

Lamento contradecirlos a todos: dos más dos es siempre cuatro, de acá a la China. Que después las cosas salgan como el sagrado esfínter no tiene nada que ver con las matemáticas.

Trump Superstar

Su máximo exponente actual es el asombroso Donald Trump, que anda desesperadamente buscando con quien se pelea para desviar la atención y acaba de pasar los 100 días de Presidencia. A propósito, y viendo lo que está pasando con el FBI y los vínculos de Trump con los rusos, tengo la sensación de que en cualquier momento lo vamos a ver saliendo despedido por una ventana del Salón Oval. Es un presentimiento nomás.

Trump armó su campaña con “posverdades” tan insólitas como decir, por ejemplo, que Obama no había nacido en EEUU. O que él (Trump) venía a recuperar las fuentes de trabajo perdidas por el pueblo norteamericano, cuando en realidad Obama dejó la presidencia con el nivel de desempleo más bajo de la historia de EEUU: 4,7%.

En la ceremonia de asunción, Trump dijo que venía a “reconstruir el país” ante el asombro de Obama y Michelle que estaban paraditos a su lado y del resto de la humanidad que lo miraba por televisión. Es como si Messi dejara el fútbol y su reemplazante dijera “vengo a reconstruir el Barcelona”.

La explosión de la postverdad (o sea explicaciones políticas emotivas y no objetivas para ir acomodando el hecho a la realidad virtual)  es atribuida a Trump, pero no hay que olvidarse de nuestros políticos, que nos han mentido durante años con la inflación, la tasa de homicidios y la pobreza, a fuerza de postverdades.

Militarizar la Montreal en Mejicanos, dos días después de los ataques a promotoras de salud es un ejemplo … postverdad … dos más dos suman cinco.

 

Dos más dos suman …siete?

Es obvio que el fallo de la Corte con el SITRAMSS resulta  tardío y poco comprensible dos años después,  para todas las personas que no sabemos nada de derecho. Pero, la concesión del servicio se hizo sin licitación, el servicio tiene un valor superior a los $ 12 750. 00 que requieren ser licitados, algunos de sus accionistas ocupan puestos de Gobierno, afecta al usuario ..claro, en nuestro país estamos acostumbrados a que los muertos siempre los ponga el pueblo ... sino pregúnteles a los que manejan los carros de CAPRES por ese carril como anormales.

Entonces, nuestros políticos, juegan como ese defensor que cuando recibe la pelota, en lugar de salir por afuera, engancha para adentro y pone a todo el equipo en riesgo …

… y un rival de 1.60 ms cabecea sin saltar

… dos más dos siempre suman cinco.