Vamos a escribir hoy sobre los servicios sanitarios … que tontería me va a decir usted, pero ojo, teniendo en cuenta que pasamos en el susodicho recinto más tiempo de nuestra vida que comiendo o trabajando (si no me lo creen pregúntenle a un diputado, pregunten… ya van a ver) … no necesariamente porque excreten mucho sino porque trabajan poco.
Por eso me parece un tema interesante de conversación; pero sobre todo me interesa el tema de los baños públicos. De los baños privados no voy a hablar, todos sabemos bien cómo usarlo, salvo en aquellos extraños servicios sanitarios donde aparece el mentado bidé, que como es conocido, todos lo usamos para lavarnos los pies o dejar las toallas y ropa sucia mientras nos duchamos … pero no sirve para eso, no me preguntan para que pero no está metido en el baño para que nos cortemos las uñas de los pies mientras tenemos la toalla puesta a nivel de taparrabos.
Algunos dicen que es para lavarnos nuestras partes íntimas, pero mi mamá me dijo de chiquito que eso es mentira … tal vez porque en el baño de nuestra casa, a duras penas teníamos lavamanos y jamás tuvimos bidé.
Por eso quería contarles acerca de los baños públicos; sí. Pero voy a hablar en particular del caso masculino; del caso femenino hay numerosísimos tratados, como aquél de “¿Por qué las mujeres van juntas al baño?” o el otro de “Como orinar sin tocar el inodoro con el borde de las nalgas, sujetando la cartera, el abrigo, fumando un cigarro y escribiendo un mensaje en Whats App“.
Es muy curioso cuando estamos en un bar y nos entran ganas de cambiarle el agua al canario y vamos hacia los servicios. Bien, una nota común: los servicios siempre estarán escondidísimos dentro de cualquier bar o restaurante, en el sitio más recóndito y menos accesible posible, porque claro, el dueño del bar no es bobo; mientras menos se vea, menos tentación de ir, que al final le toca limpiarlo limpiarlo a él.
Bien, llegás a la puerta: aquí está el primer dilema: te encuentras un muñequito con un paraguas cerrado y otro con un paraguas abierto.
Qué significa esto? Por qué me ponen acertijos a las 3 de la mañana con la vejiga a punto de estallar?… Y miras una puerta, y miras la otra. Es el juego de “busca las 7 diferencias”, Por favor: qué fue de aquello del letrerito de Caballeros y Damas?
Más complicado aún, para la gente que llega y ve este rótulo en el Aeropuerto Internacional de Tokio ...
Bueno, y eso los que tienen algún cartel en la puerta. Porque hay otros que ni rótulo tienen. Curiosamente, en esos, la gente, ya acostumbrada, jamás se equivoca a la hora de elegir cuál es el suyo.
Bien … ya estás dentro. Lo primero es que en los servicios de los tíos no sé cómo demonios lo hacemos pero todo está lleno de mierda, y los meaderos son lo más cerdo que puede haber. Si hay una hilera de meaderos siempre vas a elegir el que está en un extremo. Para qué? para reducir las posibilidades de que venga alguien y se ponga a tu lado … peor si te empieza a mirar fijamente el instrumento en cuestión.
Si llega un fulano a un baño público y se pone a orinar, siempre escogerá el meadero más alejado al tuyo.. Si escoge uno más cercano, malo. Cuanto más cercano a tí sea el urinario escogido .. peor. Y si escoge el que está justo a tu lado es como una señal para guardar todo y salir corriendo rápido.
Otra cosa es cuando solamente hay dos. Claro, la situación es algo embarazosa. El silencio a veces está bien, y si vas a decir algo… ojo: mira a ver lo que dices y piénsalo bien o podés meter la pata rotundamente:
– Uhhhh que costó que saliera, qué atasco tenía!
– Pues sí, es que no se puede tomar tanta cerveza, … no puede ser.
– Pues sí … mh, mh, bueno, yo ya terminé. Saludos a la familia.
– Gracias, yo me quedo aquí, no se si terminaré de cerrar el grifo…
No es una plática de baño público, se orina en silencio ….
Así que ya para finalizar todo este asunto, simplemente recordar aquél famoso filósofo que no conocemos, que dejó el legado de su pensar escrito en tantas paredes de baños públicos :
“mea a gusto, mea contento, pero, por favor, mea adentro“.
Su nombre es Victoria, y logra enloquecer al muchachito de esta historia, por cosas diversas …
O la “Gran Guerra” como deberíamos llamarla, o sea la “Guerra creada para que jamás hubiera más guerras” … una farsa, una comedia, seguimos en guerras siempre, y una comedia de errores fue la que desató este suceso …