Existen diferentes actitudes al respecto, pero seamos sinceros, pocas cosas son tan incómodas y poco éticas, como estar a punto de reventar (intestinalmente hablando) y tener que pedir al dueño/dueña de la casa, tienda, restaurante, oficina que visitamos y tirar la frasecita … “Disculpe, me podría prestar su servicio por favor?”
Si usted, amigo (a) lectora (a) que esto del desalojo de heces nos agarra a todos por igual, es de los míos sabe aguantar, sabe lo que es fruncir y sudar la gota gorda hasta llegar a casa, a tu trono, a tu lugar en el mundo y expulsar libremente todo aquello que tu cuerpo no necesita. Conoces a la perfección ese instante glorioso, casi orgásmico, de poder hacerlo libremente, en paz, sin prejuicios, miedos, nervios y en completa armonía con el universo. Un momento apoteótico donde mana de vos todo aquello que no precisas, para irse quién sabe dónde, ser libre y reunirse con otro material igual de espantoso.
Y también sabe lo terrible que es cuando ves que no llegas, cuando sabes que no te queda otra, cuando el destino, o la mala suerte, o la lejanía, te impide llegar a tu lugar y tenés que usar sitio ajeno, entrar en baño ajeno a hacer lo tuyo, porque ya es inaguantable… si te toca vivir ese espantoso momento, aquí te dejo algunos consejos infalibles para que tu situación intente ser relativamente estable:
1- Verificar visualmente con que elementos contamos en esta arena de combate
Lo primero que tenemos que hacer es aguantar un minuto más y controlar los elementos que tenemos a nuestro alcance, con qué contamos, esto es como un juego de “Survival”. Fijarse si hay papel higiénico, si la puerta es gruesa o finita (nivel de sonoridad), si tiene llave o gancho (hay que ponerlo), si hay toallero, si la ventana da a un lugar donde puedan estar escuchándote (cerrarla ya), si tienen extractor de aire (encenderlo con urgencia), desodorante de ambiente, sopapa por las dudas o un balde cerca (para usar en caso de que el problema sea tan grande que termines tapando el baño).
2- Probar que todo funcione
Si ya probaste el ganchito o llave de la puerta, si el desodorante tiene perfume, si la tapa del inodoro no tiene esas fisuras que te pellizcan el culo, si hay agua en el lavamanos y si la palanca del baño anda. Lo más importante de todo: si es de tanque hay que controlar que esté cerrado el botón, que no esté perdiendo y que haya agua en el compartimiento. Si está roto arreglá el botón o llamá al dueño de casa antes de sentarte, este punto es crucial, no llega a haber agua y quedaste marcado para el resto de tu vida
3- Forrar de papel la taza
Tus amigos pueden ser los Reyes de Inglaterra, pero los fluidos que manan del cuerpo son todos iguales de asquerosos y no conoces el nivel de limpieza del hogar, así que siempre pero siempre, ante la duda, tapizá el inodoro de papel higiénico. Si no hay papel cagá parado o salí corriendo de ese lugar.
4- Sentarse siempre hacia adelante
Es una máxima que en baño ajeno dejes rastros imposibles de borrar con una simple tirada de cadena, la solución a ello es sentarte bien hacia adelante, cuestión de no fallarle ante el aterrizaje del elemento y que siempre sea un amerizaje feliz.
5- Escuchar los sonidos del entorno
Cuando hayas cumplido los 4 pasos anteriores, previo al despliegue pirotécnico, es necesario ponerse en modo cazador y agudiza tu sentido auditivo para verificar cuánto te pueden llegar a escuchar en el lugar donde todos están reunidos. Intentá percibir el ritmo de lo que suceda afuera, cosa de poder acoplar tus sonidos con los del entorno y así minimizar el bochorno. Puedes ponerte a ver un video en el celular (tipo “Rock n Roll” de Zeppelin) como para esconder todo sonido incómodo.
6- Apretar el botón o la palanca varias veces
Este es el consejo más importante de los 10, el secreto fundamental, A los 10 segundos del primer estampido, tirá el botón. Aguantá un ratito y continuá con tu legado, luego tirá nuevamente el botón. Si logras un promedio de 4 tiradas casi seguro evitas cualquier olor vergonzoso.
7- Tomarse su tiempo
“Vísteme despacio que estoy apurado” decía Napoleón (o el Quijote?) y este es el caso. Sabemos que estás pasando una situación horrible, pero en este momento es cuando debemos estar calmados, tomarte las cosas con tiempo y no precipitarte. Terminar tranquilo, pasarse varias veces papel … por aquello de las humedades.
8- Secarse con papel
Jamás de los jamases uses la toalla ajena. Primero por los virus y bacterias, segundo porque no sabes para qué usan esa toalla y tercero porque es casi seguro que la embarras. Así que usa papel para secarte y listo.
9- Controlar daños
Antes de irte del recinto mirá cómo quedó todo, controlá que no hayan rasguños en el inodoro, , que el papel arrojado al balde de caca no esté boca arriba, que el inodoro no quede perdiendo agua. Que la escena del crimen quede inmaculada.
10- Ventila ambientes o apantalla con la puerta
Has estado en medio de una batalla y puede que tu nariz se haya acostumbrado a los olores de la guerra, así que aún cuando no sientas nada, abrir nuevamente las ventanas, regar por aspersión desodorante de ambiente si lo hay y usar puerta de abanico para apantallar los malos olores.
Si cumplís con estos 10 pasos al pié de la letra vas a poder dar por finalizado el espantoso acto de cagar en casa ajena …
…. minimizando el desastre que suele ser.
No sé si es pila mía, o si le pasa a algunos más, pero el entusiasmo del viaje, de salir de la Patria, de ir a conocer el mundo, me alegra un rato … y después me llega el bajón …
No suelo escribir nada acerca de mí, ni en este blog, ni en mis canciones, ni en cualquier columna, portal, periódico o libro que se honre en publicarme …. No lo hago, tiendo a ser sumamente aburrido y mi mejor arma es la imaginación y creatividad ….
Fue una de las figuras destacadas del siglo XX, lo más destacado es, que las cosas podrían haber sido muy diferentes para la política global europea en la Segunda Guerra, y con número inferior de muertos , … si Stalin no hubiera estado presente.