- Quien fue ? – Preguntó el papa Augusto con su habitual gesto adusto, ceño fruncido como correspondía al carácter de este italiano, elegido cabeza de la Iglesia Católica en el siglo XIV.
El sínodo de cardenales se había reunido a instancias de Su Santidad, la Peste Negra arrasaba Europa, y el Papa quería ver el apoyo de la Iglesia Católica en cada nación europea (América para ellos aún no existía) y fanático de la higiene extrema en una Europa poco dada a la higiene, Augusto repitió la pregunta …
- Quien fue el gracioso que lanzó esa flatulencia ?
- Su Santidad, disculpe – dijo en Cardenal sueco Patatersson, quien estaba en pose de genuflexión para besar el anillo papal – usted sabe que padezco de incontinencia, si hubiera sido yo, ya hubiera ensuciado los santos ornamentos …
- Recuerden el octavo mandamiento, no darán falsos testimonios …- insistió Augusto.
- Su Eminencia … el ruido vino de la parte de atrás de su sillón papal – dijo el Cardenal Español Eulopio Pérez, bastante lambiscón y cuyo recontra tataranieto sería algún día Presidente del Real Madrid, un tal Florentino Pérez.
Augusto volteó a ver, y solo había detrás de su sillón dos cardenales, su secretario Cardenal Pompidou (francés), su Camarlengo Von Bom (alemán) y el Ujier, que era un seminarista colaborador …a él le echaron todos la culpa, como era de suponer !
- Estimados y honorables cardenales, disculpen mi humilde intervención, pero el hecho de ser el de menor rango entre vosotros no os faculta a achacarme culpas ajenas, debéis saber que mis intestinos funcionan de maravilla y con una regularidad asombrosa, habiendo depuesto antes de entrar al cónclave, gozo de paz gástrica … - arengó el ujier.
- Entonces quien fue ? – perdía la paciencia Augusto.
- Sin embargo, cabe decir, que desde mi humilde posición, pude detectar con absoluta precisión el origen de tal flatulencia ..- insistió el ujier.
- No quiero denuncias ! – casi al borde del grito Augusto - debo de confiar en la veracidad de mis cardenales, la Iglesia tiene un mandato en esta epidemia, y si no nos hacemos responsables de una simple ventosidad, como nos vamos a responsabilizar del trabajo con pobres y enfermos de nuestras diócesis ?
- Su Santidad – intervino el Cardenal Hellerman, inglés (aún no se había creado la Iglesia Anglicana, eso sería hasta el siglo XVI con Enrique VIII) el más anciano de todos – ustedes saben que por mi edad y mis problemas de incontinencia urinaria y fecal, en fin debo decir …
- Que usted fue el que soltó ese vientecillo ? – preguntó Augusto inquisitivamente.
- No, que me sometí a una excelente operación de esfínter con el portugués Dr. Epanimondas Mourinho (cuyo recontra tataranieto sería traductor y luego entrenador de futbol), y quedé perfecto, así que antes de que me acusen …aclaro.
Su Santidad estaba enojado, la situación era tensa y nadie se hacía responsable; a sus espaldas, el Camarlengo Von Bom llamó aparte al ujier y le dijo a nivel de susurro “ yo también oí … pero no digas nada, por favor”.
- Que cuchichean ustedes ? – preguntó Augusto.
- Nada, nada – intervino el Camarlengo Von Bom – que cuánto durará este conclave si no empezamos con el tema que nos compete, por darle tantas vueltas a la previa.
- Está apurado Cardenal Von Bom ?
- No, Su Santidad, pero me preocupan los efectos de expansión de la peste.
Entonces, Pompidou, que no había dicho una palabra, abrió su Biblia y leyó en voz alta:
“El que habla con la verdad, declara lo que es justo … el que testifica en falso, declara falsedad … Proverbios 12:17” – cerró la Biblia.
- A qué viene esa cita Cardenal Pompidou ? – preguntó Augusto.
- A ser justos, honrando la verdad, el ventosillo se lo tiró usted Su Eminencia.
- Como se le ocurre decir eso ? – gritó estruendosamente Augusto, el perfeccionista de la limpieza – No sabe que mi investidura me hace infalible ?
- Si, pero debajo de la investidura está Marco Aurelio Chiellini (cuyo recontra tataranieto Giorgio, fingiría la “mordida” de Suárez en Brasil 2014) que es un ser humano – remató el Cardenal Pompidou.
Augusto se tomó la cara con las manos y enrojeció de vergüenza, pasaron de inmediato al asunto de la peste.
Tal vez por este nauseabundo incidente, la Historia no registra ni la existencia de un Papa Augusto ni su rápido reemplazo por el Cardenal Pompidou, que asumió como Papa Andrónico II … tal vez, o tal vez sea, porque para variar …
… esta historia me la he inventado de cabo a rabo.
Observaba esos cuadernos,
Observaba esas palabras ...
Ríos de saliva que terminarán en cascadas, cataratas, esteros que drenan al mar, en el 2020, todos nos volvimos políticos, todos fuimos médicos, todos eruditos en estadísticas, todos meteorólogos,todos hablamos con propiedad de que si la molécula del virus flota en el aire o cae al sueelo … baba y más baba, saliva y más saliva …