Un virus que ataca algas verdes (ojo, dije algas, no nalgas … no sea tan xxx, aparte donde las va a encontrar verdes ?), es el mismo que nos ataca a seres humanos a nivel cerebral y nos deja parcialmente idiotas … a algunos, quitándole lo “parcialmente”.
Resulta que el virus en mención, el ATCV-1, al atacar al ser humano, le merma sus capacidades cognitivas, memoria y aprendizaje, o sea, en pocas palabras, nos hace menos inteligentes, de ahí que haya sido bautizado, el “virus de la estupidez”.
A las pruebas me remito
Como los gringos tienen esta bendita manía de “testear” primero en ratas, después en humanos, cada uno de estos descubrimientos, tal como se los exige la CDC (Central for Disease Control and Prevention), zacatepampum ! lo hiceron …
No sabemos cómo les fue a las ratas, pero me sigo preguntando qué tan jodido debe estar un ser humano para aceptar sumarse a estos testeos (por supuesto que les pagan), la muestra se hizo en 92 adultos “saludables”.
Haciéndoles un test acerca de unas enfermedades de garganta a un grupo de nadadores, descubrieron (por casualidad, como la gran mayoría de hallazgos … como el sildenafil) que el 44% de ellos tenía en su ADN el tal ATCV-1, atando cabos, vieron que nadaban en aguas confinadas (lagos, lagunas) donde las algas verdes tenían presencia.
Entonces siguieron con ese 44% y les hicieron tests de inteligencia, donde tipo la PAES, salieron todos aplazados.
De ahí se hizo la concatencación de hechos, y el virus de le estupidez, fue reconocido como tal.
Pero …
Al poco tiempo la revista médica Healthline, siguió el estudio y se descubrió que la tal ATCV-1 , que contenían solo las algas, empezó a encontrarse en gente que jamás había nadado ni navegado mucho menos en aguas confinadas, o sea que … la cepa del virus de la estupidez había migrado …a tierra !
Actualmente (finales del 2014) se investiga cómo puede haber migrado y donde puede encontrarse ….
A efectos de ayudar a tan preciados investigadores presentamos una serie de teorías nacionales acerca de dónde puede haber migrado el ATCV -1:
Ojo, el estudio es cierto ! las aplicaciones dependen de a quien ponemos donde, nosotros … los Salvadoreños.
Porque somos, hemos sido y seguiremos siendo malinchistas desde el momento que Cristóbal Colón hincó rodilla en tierra americana y empezó a cambiar oro por espejitos, hasta el día de hoy que quienes nos cambian oro por plástico, son las grandes transnacionales financieras mundiales, todas con sus filiales en El Salvador, a menos cabo de los dos últimos bancos (aun salvadoreños) que respiran en medio de esa vorágine.
La culpa la tuvo mi madre, Ai – Nozomi, venerable anciana a quien se le metió en su obstinada cabeza de campesina japonesa, viuda, con seis hijos varones (mis hermanos), que en lugar de sembrar arroz en los pantanos, había que fabricar micro chips en la mesa del comedor.