Ustedes probablemente no imaginan, como tampoco imaginaba yo, antes de investigar este tema, la cantidad de artistas, músicos, escritores, poetas, que han dedicado trabajos (asolapada o abiertamente) a la muerte de su perro.
Hay autores que iniciaron su carrera con un poema lacrimoso ante el cadáver del can. Es el caso de "Soluciones a la mano" del colombiano Ernesto Samper que ocupó su instinto literario para disfrazar la partida de su perra “Cuca” (murió atorada con un hueso) a sus hijas … escribió más o menos así:
“Ella se fue montada en un lucero en medio de asfixia y convulsiones.
Hice lo posible para que no me abandonara.
Pero fue inútil todo.
En un postrer esfuerzo, me miró, dijo adiós y murió!”
Otro escritor latinoamericano, atormentado por la agonía de su perro fue Álvaro Bejarano, en 1975 publicó en el periódico “El Pueblo” una nota que llevaba por título "Historia para ser contada".
Empecé a leerla con el desayuno y no pude terminar porque las lágrimas habían salado el café y los mocos habían ensopado las dos pupusas respectivas.
Hablaba de Tony, su perro que llevaba trece años lamiendo a todos los miembros de la familia Bejarano. Lo que quería contarnos era …
"Tony se me está muriendo
sin que los veterinarios puedan hacer nada por él".
Osiris Rodríguez Castillo, cantautor de Uruguay, narra en el “Romance del Malevo” la forma triste y desgarradora que muere su perro, en un extenso poema que comienza …
“Siempre quise tener un perro
como la gente
pero bien mirado
es hombre de pocas pulgas … el Malevo”
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De puro ignorante llegué a suponer que las odas de amor a los perros muertos eran otra cursilería típicamente latinoamericana, como comentar la película en voz alta o escarbarse los dientes con un fósforo.
Pero uno de mis autores norteamericanos favoritos, Robert Penn Warren, escribió algo muy simple, objetivo, saben ustedes a quién estaba dedicado? A "Faraón", su perro, así descrito :
“Cocker. Inglés. Quince años de edad. Tumor.
El veterinario no prometió nada.
Y así fue.”
A lo largo de 69 versos, Penn Warren, cuenta en “Old dog”, la vida y muerte de su perro, que en este post, no caben definitivamente …pero “google it”, es impresionante y lacrimógeno.
En la parte musical, otro norteamericano, poco conocido, Henry Gross, cuyo trabajo previo era ser bajista de los Beach Boys, se lanzó como solista con una álbum “Release”, que incluía “Shannon” la historia de una Irish Seter, propiedad de su hermana, a la que le gustaba meterse al mar, a nadar … un día se la llevó la correntada y no apareció más …
“Shannon se fue pero espero que haya logrado salir del mar
siempre le gustó salir a nadar
Tal vez encontró otro lugar confortable donde poder quedarse
tal como el que tenía en nuestro patio trasero”.
Fue el único hit de Gross, cuya carrera parece que se fue detrás de Shannon y también se perdió en el mar …
Mientras tanto, el francés Boris Vian, brillante en su expresionismo de post guerra, escribió estas muy sencillas estrofas, que ni parecen de un genio como él.
Mi amado perro.
La vida sigue y yo me quedo.
Atrapado en tu recuerdo.
De aquellos ricos momentos de juego.
Que ahora pesan en mi pecho.
Dime cómo hacer para empezar mi querido perro.
Como nuevos sueños puedo crear.
Y así otra vez volver a soñar.
Yo no sé vivir sin ti
No puedo seguir así, querido fiel.
Dime ahora cómo se siente.
Ver la vida tan distinta, sin ti mi amado perro.
Dime como volver a vivir …
me siento como un infeliz.
Yo por las dudas, muy torpe como soy, y habiendo perdido y visto morir perros a mansalva, decidí colaborar … modestamente, pero de manera esencial, a que nos dejen de fustigar con tanta muerte de perros … entonces:
"Sálvanos, Señor, de los perros ajenos vivos,
de los perros propios muertos y sobre todo de los
poetas ajenos que lloran la muerte de sus perros propios
Guau”.
Nos siguen pegando abajo, diría Charly García, nos siguen timando con esto de los personajes de comics, nacidos, asesinados, resucitados, vueltos a matar, se reencarnan en otros y hasta alguno por ahí alguno ha vuelto a la vida con identidad sexual cambiada.
Félix, amigo de años, se me acercó en la pequeña reunión de amigos que se había organizado en mi apartamento con motivo de mis 42 años, y me entregó un paquete pequeño en papel metálico …