No es ningún pleonasmo, ni asunto de sarcasmo, los dos la vimos de lejos, a ambos nos gustó; no somos degenerados, no somos escandinavos, a todos les gusta el pescado, pero a pocos el atún …
… usted y yo tenemos una novia en común.
Hay que ver, hay que ver, lo que es esa mujer, viene del barrio de querer y poder; sabe lo que busca y busca hasta que encuentra, resulta que nosotros caímos en la cuenta, usted no me conoce a mí, ni yo lo conozco a usted, se por la amiga de un amigo que usted se llama René, pero vivimos en el mismo lodo, aunque no nos conozcamos aun …
… usted y yo tenemos una novia en común.
Nunca tiene suficiente, no lo puede evitar, la adrenalina la domina, si pienso en lo que vendrá; ella es como un vaso que gotea, apenas un pozo que no se llena;
y mientras almuerza con usted ya está pensando en mi para la cena,
si tiene uno quiere dos y no se siente mal, no es gula ni es malicia, es ambición emocional; por supuesto que es sucio, cochino e ilegal, como los saquitos de Flores y los fondos de Taiwán, el manejo de Funes de los fondos del Chaparral, los viajes fantasma de Gallegos, la transparencia de Sigfrido, la impoluta conducta de sacerdotes, pastores, diputados y bancos; de todas formas ninguno de nosotros, la llevará al altar de blanco, haciendo votos sagrados, con velo y tul
… usted y yo tenemos una novia en común.
Ella es obsesiva no es pasiva, lo que obtiene lo desecha cuando ya se siente hecha, usted y yo venimos siendo producto de descarte, no la tome en serio, hace mal en enamorarse;
en verdad la palabra saciedad no está en su lista, con el afán de superarse, arriesgarse no le importa, salta de presa en presa, de conquista en conquista; cambia su peinado, de revista en revista, sus artes de seducción, de entrevista en entrevista; cambia de personalidad, de analista en analista, dice que ama el caviar aunque le sabe a betún ….
… usted y yo tenemos una novia en común.
De tan insegura, está segura, que nos engaña a los dos, más ni se entera que de engaños, el que cree que hace apaño, termina siendo el engañado; usted tiene su esposa, yo tengo la mía también, se por referencias que su esposa conoce a mi mujer, lejos de estar en un triángulo, esto es más bien un pentágono, y si le escribo todo esto, es para evitar un final estrambótico; y como esta novia que tenemos, coscolina como demuestra, puede estar naufragando en su vida, pero también mandar a pique la nuestra; es cuestión de lógica, de no forzar nuestra presión cardiológica, pero las mujeres por cuestiones metodológicas, terminan contándose todo entre ellas de manera patológica; cuidémonos las espaldas, es simple cuestión de salud …
… usted y yo tenemos una novia en común.
Pero como usted bien sabe, ya lo dijo Doña Chabe, pueblo chico infierno grande, y lo agrandan más los chambres; somos pocos y nos conocemos demasiado, se sabe el hechor del crimen antes que lo haya ejecutado, usted y yo somos criminales, de la falta de castidad, y ese rumor vuela rápido, esto es más pueblo que ciudad; en resumen eso es todo, si nos cachan ya ni modo, tratemos de zafar el bulto, manteniendo este asunto oculto; que la señorita es coquetona y pizpireta, y eso es más peligroso aún …
… usted y yo tenemos una novia en común.
Como es de poco caballero, y ambos tenemos etiqueta, aunque sea de farsantes, estafadores y maletas, su nombre no develaremos, eso denotaría malicia .. no la llamaremos Estela ni Carmen ni Leticia … digamos que se llama simplemente ….
… codicia.
Una luz amarilla está encendida sobre el tablero de control de la nave del gobierno del “Profe”. Claro, esta nave espacial boga a la deriva entre las “Nosepuépedes” y la constelación de “Fracasoláctea” … no hay nada que se pueda hacer, nadie le para bola!
Cuando Tía Carmela anunció, con dos meses de anticipación su cumpleaños número 50, dejó bien clara una condición: