- Que te quede bien claro Raquel ! Ni que me traigas un camión lleno de Guardias a la puerta, me amarren, me cachimbeen, y me lleven a las patadas al Centro Comercial no me hacés entrar al Mall !
- Dejate de idioteces Julián – me responde mi mujer – sabés bien que la Guardia Nacional no la puedo traer porque está disuelta desde los Acuerdos de Paz, pero sabés muy bien, que tengo aquel escuadrón de amigos guardaespaldas que te fueron a sacar a patadas de la casa de aquella tu secretaria donde te habías ido a refugiar cuando éramos novios … pero nada de eso hace falta … tengo un arma letal para llevarte al Mall esta Navidad …
- Ah si? Y cual es? – cuestiono muy sobrador.
- Si no me acompañás a hacer compras de Navidad este año, no volvés a tener acceso de ninguna índole al cuerpo de tu amada esposa hasta Navidad del 2021 !
Un hombre y una mujer pueden ir juntos a muchos sitios. Pueden ir juntos al cine. Pueden ir juntos a la playa. Pueden ir juntos al Sáhara o donde Sara. Hasta pueden irse juntos a la cama. Pero donde jamás, jamás, jamás deben ir juntos es... de compras. No. En eso somos incompatibles. Yo, porque no lo aguanto. Ella, porque dice que yo le genero stress. Qué la estreso … pero claro, necesita para comprar, mi chequera y mi tarjeta!
De entrada, te engaña:
- Pero Julián, cariño, no vamos a tardar nada...
Y te tiras seis horas de compras.
Luego, te asusta: vas con ella por la Gran Vía y de repente...Abducción! Dónde está? Miras a un lado y a otro...Ha desaparecido! Cuando la encuentras está como Spiderman, pegada a una vitrina:
- Esoooo eso quiero yoooo!! Ese suéter... – grita Raquel como poseída.
- Calma mujer, basta de escándalo! Gritás más que la Barra Brava del Alianza …. Ya ya shoooo! Ya te lo voy a comprar ! – No podemos negar que mi mujer conoce todas las tretas.
Los hombres somos diferentes. Nos interesan las cosas prácticas, útiles, realmente indispensables. Yo que sé: una barbacoa que solo estrenamos, usamos una vez con mucha pompa de inauguración y queda refundida en la bodega; telescopios, una mica para el carro, una caja de herramientas con setenta y tres tipos de destornilladores, una cortadora de grama! Sí, yo sé, no tengo jardín y qué? Es tan bonito! Me la llevaría a casa para pasarla por el piso enchapado de madera.
Pero ellas no nos entienden:
- Qué mirás? Te parás en unas tiendas que no entiendo! – me dice Raquel...
Y no nos entienden porque las mujeres van de compras, y los hombres vamos a comprar. Y no es lo mismo. Comprar es:
"Deme dos clavos de media pulgada, por favor".
Ir de compras es:
"Sólo tengo siete horas para las trescientas treinta y nueve tiendas de este centro comercial y tengo que verlas todas"
Pero resulta que soy yo el que la estreso!
Una mujer puede estar toda una tarde de compras sabiendo de antemano que no va a comprar nada. Entra en la boutique y dice:
-Quiero probarme ese vestido, ése y ése.
Y va de camino al probador va lanzando mensajitos:
- Lo veo un poco pequeño de arriba, y éste me va a hacer bolsas...
La vendedora se percata de que la han agarrado de mensa, y como trabaja por comisión, pone cara de Cristiano Ronaldo sin rimmel. Pero a ella le da igual, y se prueba media tienda. A la hora y media, sale dejándoles todo como si hubiesen entrado los bomberos, y nada más llegamos hasta la calle me comenta:
- Nunca compro en esa tienda por lo agrias y amargadas que son las dependientas...
Un hombre jamás hace eso. En cuanto te pruebas tres cosas, ya te sentís culpable; el vendedor también lo sabe, y se aprovecha de vos:
- Sí, sí, la chaqueta me gusta, pero es que creo que le quedaría mejor al Gordo Max. – dice uno.
- Que la ve grande? No, hombre, grande no, es amplia, pero es su talla... usted es que es ancho de hombros, se nota que hace pesas, verdad? – dice el vendedor ya con ganas de triturarlo a uno.
- Quién yo? – pregunto asombrado.
- No? Quién lo diría!
- Y una tallita menos?
- No, sólo me queda esa talla, tengo que recibir, pero le quedaría pequeña...- dice el vendedor, solo por no ir a traerlo
Pero si vas de compras con una mujer, te conviertes en el hombre objeto: en un perchero. Perchero y mensajero.
En la puerta del probador, sosteniéndole el bolso, el celular, la chumpa, cargado con cuatro conjuntos y dos combinaciones. Ella se asoma y te dice:
- Julián, decile que te dé una tallita más, y que si lo tiene en azul.
Pero eso no es lo peor de los probadores. Lo peor es saberte rodeado de mujeres desnudas de las que sólo te separa una cortina minúscula que se mueve continuamente. Dónde miras para no parecer un sapo degenerado?
Una película se acaba, los viajes al Sahara o donde Sara, también ... pero si quieren ustedes conocer la eternidad, no tienen más que ir de compras con su mujer … en Navidad, o cualquier época.
Ahora, que yo no se los recomiendo.
“Pero ...hubo alguna vez once mil vírgenes ?" (Enrique Jardiel Poncela)
Si el que nace para pito, nunca llega a trompeta y no pasa del corredor, el que nace para maceta
Lo más divertido del fútbol, es que nos apasiona lo que los jugadores hacen con los pies, pero en un inicio, todo se jugaba con las manos … al revés de lo que hacen los dirigentes, que jamás pusieron los pies pero son los primeros en meter la mano.