Es triste, doloroso, cruel y anti económico … hasta ahora pensaba que la peor frase que te puede decir una mujer podía decir es: "Tenemos que hablar...".

 

Pero no, la peor frase que te pueden decir es: "yo también te quiero... pero solo como amigo".

Eso significa que para ella, el amor de tu vida, en quien has invertido tanto tiempo y dinero en tratar de conquistar, vos sos el más simpático del mundo, el que la escucha, el más buena onda... pero que no quiere ni “cuchi cuchi” y mucho menos “chaka chaka” contigo.

Entonces, de un solo, para terminar de clavarte la puñalada, te cuenta que va a empezar a salir con un impresentable que sólo quiere acostarse con ella (buenos, vos también querés, pero estás enamorado carajo! La querés para toda la vida). Eso sí, cuando el otro se mande con ella una gran metida de pata, te va a llamar a vos para pedirte consejo.

 

Es como si vas a buscar trabajo y te dicen: "Señor Barrientos, es usted la persona idónea para el puesto, el que mejor vitae tiene, el más preparado... pero no le vamos a contratar. Vamos a contratar a un incompetente. Eso sí, cuando la cague, le podríamos llamar a usted para que nos saque del lío?"

Me pregunto, qué pude haber hecho mal? Hemos ido al cine, nos hemos reído, hemos pasado horas tomando café... (a pesar de que me produce acidez). A partir de qué café nos hicimos amigos? Del quinto? Del sexto? Mierda, eso se avisa antes. Un café menos, y ahora ella estaría hasta los tuétanos por mí!

Pero para las mujeres, un amigo se rige por las mismas normas que un Tampax: puedes ir a la piscina con él, montar a caballo, bailar... Lo único que no puedes hacer con él es tener relaciones sexuales.

Es que si lo piensas... Si para una mujer considerarte "su amigo" consiste en arruinar tu vida sentimental, afectiva, económica, sexual … qué hará con sus enemigos?

 

Por eso siempre he sido de la idea de que la amistad entre hombre y mujeres no existe, existe el preludio y canalización de las ganas, que se vuelve ternura, afecto, pero es como las jugadas de Nelson Bonilla, siempre llegás con peligro franco de gol pero nunca definís.

Cuando ella te dice que te quiere sólo como amigo, para ella significa eso y punto. Pero para nosotros no … si una noche estamos en la playa, ella se emborracha, hay luna llena, se han alineado los planetas ... A lo mejor lográs dormir en el mismo “sleeping bag” con ella! Los soñadores jamás perdemos la esperanza por muy amigos que nos etiqueten.

Por eso te tragás la realidad, porque nunca pierdes la esperanza.

 

Qué está saliendo con Oscar? Pues ya va a quebrar... cuando lo hace, vos atacás con la técnica de "consolador": "No llores, Oscar ese es un patán. Vos te merecés algo mejor, un hombre que te comprenda, que sepa estar ahí cuando lo necesites... Que sea bajito, que sea castaño, que no sea muy guapo, que le guste el fútbol y que se llame Javier... como yo".

Siendo amigo podés meter cizaña para eliminar competencia. Es la técnica del "gusano miserable". Cuando ella te dice:

-  Mirá Javier, que guapo es Francisco, verdad?

-  Francisco? Tal vez, guapo, sí... un poco bizco.

- No es bizco, lo que pasa es que tiene una mirada muy tierna – defiende ella.

- Sí, en eso tienes razón, me fijé el otro día, cuando miraba a Marta – ahí metés la cicuta.

- No la miraba a ella, me miraba a mí.

- Ves cómo te dije, es bizco!

Hasta que una noche, en el apartamento de ella, se alinean los planetas!"

- Huy, es muy tarde, ¿por qué no te quedas a dormir?

- ¿Y donde duermo?

- Pues en mi cama – te dice ella.

Al rato te das cuenta de que no son precisamente los planetas los que se han alineado, porque ella, como son amigos, con toda la confianza, se queda en camiseta y shortcitos, y tú, visto lo visto, piensas: "Me voy a tener que quedar en calzoncillos... con la alineación de planetas que llevo encima".

Así es que te metes en la cama de un salto. Ella se acuesta, se pega a ti y te dice: "Hasta mañana". ¡Y se duerme! "

Estás acostado con la mujer que amás ! Al principio no te atreves a moverte, para no tocar nada … al final tampoco.

No podés creer que estén en la misma cama y no vaya a pasar nada. Confías en que en cualquier momento se dé la vuelta y te diga: "No seas tonto, que ya has sufrido bastante, hazme tuya!".

Pero no!

Ahí no termina tu humillación. A las siete de la mañana suena el timbre de la puerta:

- Ay, es Oscar!

- Oscar? Pero no le habías dejado?

- Ya te voy a contar, que ahora tengo prisa. Se me olvidó decirte que traía su perro, porque como nos vamos a Montecristo el finde, le dije que el perro mejor que contigo no iba a estar con nadie. Sos un amigo!

Y ahí te quedas con el perro ... el mejor amigo del hombre.