Estamos plenamente conscientes que el paisito está quebrado, ya revisaron y saquearon todas las gavetas y no hallaron nada más, o sea que es el momento en que nos pongamos de solidarios y entendamos que vamos a tener que agregarle unos cuantos dólares más a nuestro pago de renta … no podemos dejarlos solos.
No podemos dejarlos solos, porque nuestra clase política, sobre inflada (en número) y sobre hinchada (en libras) tiene que mantener su status, y el dinero ya casi no les alcanza para mantener sus viajes, viáticos, seguros médicos privados, familias, amantes, camionetas blindadas, capacitaciones intensas de política económica en las paradisíacas playas de Tubalu (como la foto que encabeza el post) en la Polinesia junto a tres secretarias despampanantes y diversos nombramientos de embajadores … tanto que hacen por nosotros, no podemos dejarlos solos … de ahí surgen las leyes fundamentales de Reginald Tram Afás, celebre matemático británico de origen berebere …
Esta primera fórmula, muy sencilla, nos indica que nuestro ingreso anual “i(a)”en su totalidad, debe ser dado a la clase política este año, ya que la relación 1 sobre 2 multiplicado por Pi multiplicado por “d” (despilfarro) nos simbolizan la relación inversa, de su felicidad “f” (la de ellos, no la nuestra, claro está) multiplicado por “cc” (cuentas corrientes, las de ellos, por supuesto, no las nuestras, claro está), dividido entre la sustracción “g” (gastos …de ellos) menos “i(a)” (o sea nuestro ingreso anual, ya lo explicamos, ponga atención) es menor o igual a la multiplicación de “d1” (derroche, ojo, esta partida es diferente de despilfarro) multiplicado por “d84” (Padres de la Patria y comitivas) “m” (ministros y sus cortes Imperiales) y “v” (vagabundos diversos).
Este postulado, más sencillo que el primero, por si tuvo alguna duda en su planteo, nos indica porque debemos entregar a esta gentuza, no importa su color, ideología o tendencia, todos son igual de ladrones en este campo, no solo los ingresos del ejercicio 2016 sino también los de toda nuestra vida, veamos …
El “i(a)” de toda nuestra vida lo calculamos multiplicando el anual “i(a)” por “n” que vendría siendo el número de años que nos han permitido vivir, esta cifra se logra multiplicando el ingreso total del chequecito de quincena ($$) sin descuentos, por veinticuatro quincenas al año, multiplicado por “y64” que es el integral mediante el cual se define nuestro tiempo de expectativa de vida (64 años … aruñando), o sea que según esta fórmula no solo tenemos que declarar todos los ingresos de nuestra vida, sino que además … tenemos que comenzar a trabajar desde que nacemos para gozo de los que no han trabajado nunca.
Este es último paso para calcular ( o más bien justificar) la “D” (Devolución de Impuesto sobre la Renta), o sea aquella que esperamos con ansias después de presentar la declaración y que no recibimos nunca
Para el caso, ésta se calcula con una relación de cuatro tercios de Pi, de tal forma que queda indicado que siempre vamos a pagar más de lo que ganemos, multiplicado por 16 a su tercera potencia sobre siete, cálculo aleatorio que Reginald introdujo básicamente porque si, porque así le cantaron las pelotas, le dio la gana …
Todo esto nos va a dar un factor de conversión “¥” el cual es superior a 1,73 de tal manera que al ser multiplicado por nuestro ingreso “i(a)”su resultado será “nm”
… “nm” es una interjección idiomática que usted amigo lector puede usar para fácilmente deducir, cuanto vamos a recibir como devolución … ( o sea ni ...)
Esto que llamamos calentamiento global, y que nos tiene la cabeza y “el que te dije” bien tostados, comenzó a expandirse y crecer a fines del siglo XVIII, cuando no bastó la leña para impulsar las máquinas creadas por la Revolución Industrial y fue preciso acudir a la explotación masiva del dañino carbón mineral.
Pensamos siempre que las más absurdas creencias las tienen los norteamericanos, les damos el mote de ser “más incrédulos”, entre ellas que los platillos voladores existen y que hay marcianos infiltrados en la Tierra, que Irak si preparaba armas nucleares, en Santa Claus, Ronald Mac Donald y Hilary Clinton.
O sea, básicamente imagínense una escena así, usted pasa por donde repartidor de periódicos y le dice:
- Me da El Diario de Hoy?