Yo quería escribirles, acerca de una de las cosas que más nos gusta atesorar a los seres humanos y que, sin embargo, no da la felicidad: o sea no vamos de escribir de dinero …sino de bolsas de plástico.
Yo creo que ya podríamos dejar de fabricar bolsas de plástico. Hay bolsas de plástico suficientes guardadas en las casas como para ir botando y aun así no alcanzarían a extinguirse, antes de que se extinga la humanidad.
Ustedes creen que las cucarachas que están destinadas a ser las únicas sobrevivientes de los talahuaishtazos nucleares que nos mande el joven Kim Jong-Un se van a preocupar de botar las bolsas? Naaaaaa …
Aparte que botándolas no solucionamos nada, tapamos las alcantarillas, los acueductos y colapse Santa Ana como le pasó en la lluvia del miércoles (y ojo … no es la primera vez).
Noooo ! se trata de no guardar 125 439 bolsas de todo tamaño y color que guardamos en nuestra casa, para al final no usar para nada más que para levantar la mierda del chucho cuando lo sacamos a pasear y queremos vestirnos de “muy dignos”ante el vecindario recogiendo caca.
To nylon or not to nylon …
El problema es que son gratis: Un día vas al súper y traes: atún, leche, Maizena, seis huevos y veinticuatro bolsas de plástico. Y claro, esas bolsas ya se quedan a vivir en tu casa. No las tiramos. Las guardamos por la misma razón que el teléfono de una ex novia … se supone que ya han cumplido su labor pero siempre nos pueden sacar de una urgencia.
Y claro la población de bolsas ha ido creciendo tanto que han tenido que organizarse en clases sociales.
Por ejemplo, la aristocracia de todas las bolsas son la bolsas de “Boutiques”... fina, elegante, plástico del bueno... si tiene el establecimiento nombre extranjero … mejor!
Es como magia, todo lo que metas en esa bolsa se dignifica. Puedes entrar con un gato muerto en el hotel Crowne Plaza que si va en una bolsa de “Justice” nadie te dice nada.
Luego está la clase media, las bolsas de supermercado. Las pobres bolsas del Selectos a lo máximo que pueden aspirar es a suplente de bolsa de basura. Pero como son más pequeñas se llenan antes y nunca queremos reconocer que la bolsa de basura ya está llena.
Vas echando basura hasta que de repente, en lugar de botarla, las vas acomodando. Y se va formando una pirámide y de repente, cuando ya no cabe más, tienes que meter una botella de Coca-cola de dos litros. No pasa nada, con decisión, abrís, a la fuerza clavás la botella, cerrás la puerta y salís corriendo Y mientras te alejás se oye "clonc". Aaah... pero ya no estás ahí. Porque existe una norma, no está escrita pero todo el mundo la conoce: "al que se le derrumba la pirámide le toca cambiar la bolsa."
Se han fijado como se cambia la bolsa? Las chicas a la velocidad del rayo ... zas! perfecta, dos orejas tipo conejito Playboy. En cambio los hombres somos todo un espectáculo. Necesitamos meternos dentro de la bolsa. Sí, porque a los hombres no nos basta con hacer solo un nudo. Hacemos uno, y si queda sitio otro, y otro. Que al final parece un chorizo de nudos. Es curioso, las mujeres un conejito y los hombres un chorizo.
Después están las bolsas de clase humilde. Las verdes estas que no tienen marca. Que sirven para meter fruta, calcetines y abuelas. No se han fijado que siempre que empieza a llover las abuelas sacan un bolsa verde y se la ponen en la cabeza?
Otras bolsas de clase humilde son las que nos dan en los aviones para vomitar. Hemos de decir que para una bolsa que nos da asco tocar, nos la dan sin agarraderas. Es como si los guantes para tacto rectal, los hicieran sin dedos.
Pero somos ciegos a la realidad … mucha atención:
Anualmente se gastan 100 millones de barriles de petróleo, a nivel mundial, para fabricar las bolsas de plástico.
China consume diariamente 3.000 millones de bolsas al día.
Cada minuto se usan 1 millón de bolsas.
En Estados Unidos se consume cerca a 100 mil millones de bolsas cada año. Unos 12 millones de barriles de petróleo se requieren para fabricar las mismas. La ciudad de San Francisco ha sido la en prohibir en 2007 las bolsas de plástico hechas con combustibles fósiles en centros comerciales y mercados.
Para fabricar 14 bolsas se necesita la suficiente cantidad de combustible para que un automóvil recorra 1,6 kilómetros.
Se necesitan unos 1.000 años en las peores condiciones para que el plástico sea degradado por la naturaleza y 20 años cuando las condiciones son ideales.
Cerca al 10% del total de los plásticos en el mundo terminan en los océanos. El 70% de los mismos yacen en el fondo del mar, lugar donde nunca serán degradados.
Y esto ya no es chiste.
Había prometido no cometer el error de salir los sábados de mi casa, al menos no por las tardes y mucho menos a un centro comercial. Pero la vida es una entrega permanente de principios, tal como pueden atestiguar los “cinco o seis voluntarios” (voluntarios convenientemente pagados) que siguen esos principios.
Vamos a darnos prisa, lentamente ... con calma, porque estamos apurados, así como la famosa frase de el Quijote, que paradójicamente nunca fue escrita por Miguel de Cervantes que dice ... "Vísteme despacio Sancho, que estoy apurado" ... así lentamente ... porque urge.
Antes que me salten con el típico comentario, “Ah si! Yo conozco la Historia, yo vi “Código Enigma (Imitation Game)” en Netflix!! Se la recomiendo!
Pues déjeme contarle amablemente que no, que usted no conoce la Historia, conoce la versión Hollywood de un hecho real, modificado a su antojo, para hacer que más gente vaya al cine o se prenda al streaming … la Historia está en los libros.