Alguna vez se han puesto a pensar en el tipo de cuentos que les contamos a nuestros hijos? Son los mismos que nos contaban nuestros padres a nosotros …
Lo más curioso es que se los contamos para que se duerman... Cómo se van a dormir con la cantidad de barbaridades que suceden en los cuentos? Espejos que hablan, asesinos en serie, ranas que se convierten en príncipes buenos, abuelas que se rescatan abriéndole la panza al lobo. Lo que me extraña es que los niños no se pasen toda la noche con los ojos como platos. Analicemos un cuento cualquiera: Caperucita Roja.
El cuento empieza diciendo que a Caperucita la llamaban así porque siempre iba con la misma caperuza puesta... Que cochina la tal Caperucita, jamás se cambiaba la capa ni la ropa! Desde luego, hay que ver que todos eran bastante cerditos en los cuentos, no se cambiaban nunca, pero en ninguno! Ahí tienen a Heidi, cuatrocientos capítulos con el mismo vestido ... O a Pedro, que estaba todo el día con las cabras. Que menos mal que los cuentos no huelen...
Pero sigamos, que se me va. La abuela de Caperucita estaba en medio del bosque, enferma y sola. Y qué piensa la madre de Caperucita? "¡Pues que se joda!" En vez de mandarle un médico, una ambulancia de EMI o de Cruz Roja, le manda un pastel... Quiere matarla! Con el colesterol que se tiene a esas edades...
La madre de Caperucita debe haber sido una psicópata. Porque, sabiendo que hay un lobo en el bosque, le dice a su hija:
--Caperucita, llévale tú el pastel a la abuelita que estoy muy ocupada … (Falso, le tiene pálida al lobo degenerado, manda a su hija).
Y manda a la criatura. Vestida de rojo! Para que la vea bien de lejos... Eso sí, para disimular, le dice que si se encuentra con el lobo, no le hable. Pues eso le falta al lobo, que encima le caiga antipática la niña... por falta de Relaciones Públicas.
Y es que los padres de los cuentos eran unos bestias! Se acuerdan de los de Pulgarcito, que abandonan a sus hijos en el bosque? Pobres criaturas! Menos mal que Pulgarcito fue dejando piedras y encontró el camino de vuelta. Claro, por eso los niños llevan siempre piedras en los bolsillos y no paran de recoger cosas del suelo...
--Hijito, ¿quieres dejar de meterte basura en los bolsillos?
Y el niño pensará: "Sí claro, después ustedes se escapan y a ver cómo vuelvo a casa..." – se queda pensando el chiquitín el día después de la lectura de Pulgarcito.
Pero sigamos con Caperucita, que, además de ser muy cerdita y despojada de hábitos de higiene, estaba más despistada que Cristina queriendo marchar en la Asamblea... Va por el bosque, se encuentra con un lobo y se queda re tranquila ... Y es que la gente en los cuentos no se inmutaba por nada. A Cenicienta se le aparece un hada con un cucurucho en la cabeza, le convierte la calabaza en carroza, los ratones en pajes, y ella dice:
--Ah, que bonito!
Y, luego, el hada la manda a la fiesta pero le advierte:
--A las doce en casa.
Pero qué clase de encantamiento es éste? "A las doce en casa". Parece un encantamiento de madre. Seguro que Cenicienta le dijo:
--Pues a mis amigas las dejan hasta la una!
Eso porque era una niña de antes... Decíselo a una niña de ahora y verás lo que te contesta:
--A que vengo a las doce menos cinco y te jodo todo el cuento?
Pero sigo con Caperucita ¡Y hagan el favor de no despistarme que a este paso no termino el cuento...! Habíamos dejado a Caperucita con el lobo... el caso es que cuando Caperucita llega a la casa se encuentra al lobo en la cama.
Cómo pudo confundir al lobo con su abuelita? Tanto pelo tenía la abuela? El caso es que el lobo se come a Caperucita. Pero no pasa nada, porque llega un leñador, lo mata y le abre la tripa. Y allí salen las dos. Vamos a reflexionar un momento sobre esto, porque hay un detalle sobre el que siempre se ha pasado sutilmente: de la barriga salen las dos, la nieta con la caperuza, pero... ¡la abuela está desnuda! Claro, desnuda, porque la ropa la llevaba el lobo... Y los niños ven esto.
La escenita es fuerte, es casi XXX … verdad?
En fin, amigos. Estos cuentos son la base de nuestra educación, y todos nos hemos criado escuchándolos...
No me extraña que estemos como estamos.
El Carrusel es el mismo, gira sobre el mismo eje, los cisnes encantados, los caballitos, las calesas, los unicornios y los patos son los mismos, están viejos y cascoteados, el dueño ha cambiado alguno por alguno nuevo ….
Claro, era una época de escuela primaria salesiana, donde el Real Madrid y el Barcelona ya existían, pero solo nos enterábamos que pasaba con esos equipos por un anuncio ínfimo en el periódico de los lunes …*
Pero de ninguna manera ! Como se pone a creer? Que estamos eliminados del Mundial? Un país tan próspero, tranquilo, pacífico, pujante, con una economía tan rebosante de bonanza y circulante para todos como el nuestro, eliminado del Mundial?