Hay alguien en este país, en este dizque agujero de … (según Trump, claro está) qué no sea haragán, perezoso, holgazán?
Cada uno piensa … “sí, yo soy vago pero conozco un amigo que no es … leeme bien, yo te lo digo … mentira!.
Aquí todos somos huevones por naturaleza… y no tienen nada que ver con el “efecto remesa” al que todo el mundo le echa la culpa de que seamos “huevo en paila”, mentira, ya éramos reharaganes desde antes … corre en nuestro ADN, igual que los hombres somos sociales por naturaleza… o futboleros … o bolos …o infieles… pues lo mismo. Vagos por naturaleza.
Ojo … la ciencia (que esa sí, no descansa) y algunos inventos por ahí se han esmerado en volvernos cada vez más holgazanes.
Por ejemplo, el control remoto de la tele. El control remoto se inventó por la haraganería del ser humano.
Hoy en día nadie se levanta del sofá, o la cama a cambiar los canales a través de la tele… es más, nos ponemos de pésimo humor si no encontramos el remoto, porque se nos cayó debajo del sofá o se nos perdió entre las sábanas, nos ponemos de un humor insoportable …por qué?
Pues porque nos da pereza buscarlo … necesitamos un remoto para localizar el remoto.
Uno es capaz de ver un documental malo en la TV o lo que es peor, un programa de política (donde el mismo payaso sale todos los días en un canal diferente) con tal de no levantarnos.
Ahora bien, ya que de televisión hablamos, el “streaming” nos ha vuelto aún más holgazanes … escuchame … querés ver una serie re interesante en Netflix por decir algo? Fácil … mírate el primero y el último capítulo y ya estuvo, ya podés hablar con propiedad con tus amigos acerca de la serie sin haberte “tomado el trabajo” de ver más que dos capítulos … lo mismo aplica a las películas en “streaming”.
Facebook, WhatsApp y todas las redes sociales … Ya ni siquiera nos tomamos el trabajo de hablar con los amigos o la familia, solo hay que darle duro a los pulgares en el “cel” y ya cumplimos el propósito de saludar, preguntar por la salud, pedir pisto a nuestros padres … fácil y cero inversión de esfuerzo, no me jodan !
La comida chatarra y el delivery … Oh San Porongones patrono y guía de los huevones !!
No importa la cantidad de químicos, preservantes, carne de chucho, colorantes y componentes adictivos que tenga la comida chatarra … la pedimos por teléfono o en línea!!
No importa que nos engorde, nos vuelva más sedentarios y nos quite la mínima norma de ir al establecimiento a pedirla, así nos quede solo a tres cuadras … nos atiborramos de grasas y aceites traídas a la puerta de nuestra casa … y así evitamos cocinar.
Diagame que no lo ha hecho, todos somos holgazanes, vagos y perezosos.
El velcro. Otro síntoma de huevonería que aparece a la hora de vestirse y desvestirse. La gente como yo, que nos quitamos los zapatos sin desabrochar, que nos hacemos bolas con los cordones de los zapatos, e intentamos ponernos los pantalones con los zapatos puestos, que cuesta el doble de tiempo, pero es más cómodo … encontramos que los zippers, botones, broches, no sirven para nada más que quitar tiempo …
A lo cómodo, fácil y rápido …el velcro !
La pornografía en la web. Nada nos vuelve tan huevones, como ver porno en internet … por qué? Porque nos evita el trabajo de tener que salir a buscar una chica, a quien invitar a salir, al cine, a cenar, para ver si después nos acepta como novios …. Nada!
Viendo porno en la web, todo eso queda resuelto … no hay que salir con nadie, no hay que conocer a los padres de nadie, no hay que congraciarse con la familia de nadie, no hay que asistir (llevando regalo) a las fiestas de cumpleaños de nadie … las fantasías se liquidan en un dos por tres, sin ayuda de segundos … o segundas, digamos.
La Asamblea Legislativa Los comentarios sobran …
Conocen algo más incitante a la huevonería que lo aquí propuesto?
Resulta que dicen, que dijo que “el diablo más sabe por viejo, que por diablo”, puede ser … pero orillando mi sexto piso, y con un cúmulo de formación académica y profesional encima, hay cosas que sé no por diablo, no por viejo, sino por haberlas estudiado y puesto en práctica.
Digo yo, y dicen muchos … y si nos tranquilizamos? Si nos ponemos a pensar un segundo, y le hacemos frante a esta pandemia con calma, con Dios en nuestros corazones, con nuestra identidad salvadoreña a flote?