Yo sé que es tarde, pero bien … como hubiera querido ser hijo único!
Ya sé que hay, gente que anda por ahí diciendo que es maravilloso criarse en una familia numerosa. Seguramente esa gente, jamás tuvo que compartir un único baño con once hermanos y hermanas ! Hay que vivirlo para contarlo! Hay que ser bastante torpe para intentar hacernos creer, que las familias numerosas donde a cada hijo le tocaba una “cora” de mesada es una bendición!
Lo mejor es crecer siendo hijo único.
En el colegio, a un hijo único se le reconocía en seguida por dos cosas: la paz interior ; y la ropa de su talla, o sea, nunca le tocó heredar los uniformes de colegio, de deportes, los zapatos talla 9 del hermano mayor cuando uno calza 7?
Debo confesar que es muy humillante que le calculen a uno la edad por las rayas del ruedo, como si fuera un árbol!
- Dejame ver, este pantalón lo usó primero tu hermano mayor Fabricio, que es más alto que vos, por este doblez del pantalón, después tu hermano Mardoqueo, que era estatura regular, por esta raya del ruedo, después ….
Además, en una familia numerosa la infancia es un tragedia griega, porque normalmente los padres, cuando sienten un mal olor, te huelen las nalgas para ver si te cagaxxx, pero en una familia numerosa, como éramos tantos, no se preocupan en mirar uno por uno a ver quién ha sido.
En cuanto huelen algo, tooooodos a la tina !
Y todavía hay gente pasmada que dice que al tener muchos hermanos, todo son ventajas:
“Es buenísimo, si eres el hermano pequeño de once hermanos, cuando te llega la ropa del mayor, vas otra vez a la moda”.
Por ejemplo, yo el menor de once, al tomar la primera comunión, la moda era hacerlo vestido de marinero.
Y a mi tocó, si, heredar el traje de mi hermano mayor Fabricio, o sea que si fui de marinero, pero de marinero de la Segunda Guerra Mundial.
Es que lo heredas todo.
Y es muy duro ver a tu madre acercarse por la noche a la cama de tu hermano mayor:
– Cariño, quítate los calcetines, que a partir de mañana los empieza a usar tu hermano Emilio.
Y eso si tienes hermanos, porque si lo que tienes son hermanas mayores, tú le pedís a Santa Claus un muñeco de G.I. Joe y te regalan una Barbie con el pelo cortado y una barba pintada.
Nada más al verlo, ibas todo preocupado a decirle a tu madre:
– Mira mamá, creo que mi G.I. Joe está echando caderas.
Y luego está lo de la habitación.
Lo mío no era una habitación, era un barracón militar. Había tantas camas que más bien parecía el Bloom.
Mi madre nos organizaba por orden alfabético, como los libros.
– Carlos, David, Elías, Fernando. Huy! Y Emilio? Cariño! Hemos prestado a Emilio? – le preguntaba a mi papá.
Pero lo peor era lo del baño. Había que hacer turnos de quince minutos. Y como siempre había dos o tres hermanos en la edad de “entrada a la pubertad” y la misma Playboy de 1969 servía para tal efecto, para que no hubiera atascos mi madre tenía que poner bromuro en el Nesquik para evitar trabazones en el baño.
Lo que nunca entendí, no sé es cómo llegamos a ser tantos, porque mi padre también tomaba Nesquik.
Y en el colegio es un infierno. Porque cargas con la fama de tus hermanos mayores: y si
han sido relajos, se pasean en tu reputación. Pero si fueron super inteligentes, salís jodido aun más. Llegas el primer día de clases, y el profesor te cuestiona:
– Aaaaah! Aragón. Noo serás hermano de Fernandito?
– Sí, señor, sí.
– Pues tu hermano era un estudiante ejemplar. Espero que sigas sus pasos.
Y uno se pone a pensar: “Pues seguro, porque llevo sus calcetines”.
Pero, además de la fama, de los hermanos mayores también vas heredando los libros.
Ya Subrayados!
Que es un problema, porque si el primero subraya mal, aplaza a toda la familia.
Aunque peor que eso es que tu hermano mayor se haya enamorado de una Marcela, y tengas todo el libro lleno de corazones:
“Marcela, Marcela, Marcela”.
Y uno tratando de ver como le explicas eso a tu novia que se llama Ivette!
Luego hay algunos que te dicen:
“Lo bueno de la familia numerosa es que puedes meter a la novia en casa y, entre tanta gente, nadie se entera”.
Si serán torpes!
De qué te sirve meterla en casa, si luego no tenés un escondite dónde meterla?”
Y lo peor de todo son los noticieros y sus estadísticas.
Están allí sentados los diez hermanos y, de repente, dicen:
“Dos de cada diez jóvenes consumen drogas en fin de semana”.
Y tu padre cuestiona y sentencia:
– Castigados todos, hasta que confiesen los dos!
Para peor, me acuerdo un día que dijeron en la televisión:
“En El Salvador, uno de cada diez hijos es fruto de la infidelidad”.
Y Carlos, el único que era pelirrojo quedó en entredicho hasta que inventaron las pruebas de ADN!
Insisto, hubiera sido tan bueno ser hijo único …
Desde niños nos explicaron que para saber si un perro es joven o viejo había que multiplicar su edad biológica por 7. Con los países, entonces, hay que dividir su edad entre 14 para saber su correspondencia humana.
Llamamos sándwich a un sándwich por el cuarto conde de Sandwich? Sí. Fue él la primera persona a la que se le ocurrió la idea? No, para nada … pero para rescatar un dato: no lo inventaron los Chinos !