
Monstruo bicéfalo, angustia recalcitrante, repugnate creación de Satanás, criatura de saliva espesa y pegajosa, monstruo de la incertidumbre, de la intriga, del “nosequevaaserdemimañana”, bestia cruel y hedionda, te expulso y te condeno a vivir eternamente afuera de mis adentros.
Animal, engendro cuadrúpedo de las dudas, del temor, de la inseguridad y del miedo, invento nauseabundo de los que quieren vernos arrastrados, agarrándonos la cabeza de la desesperación por las calles de este país que tanto amamos, leviatán insensato e inquisitivo, de la cual se lucran unos cuantos con el llanto de otros muchos, piltrafas de mierda, vomitivas, les pego una patada en sus soberanos traseros y los remito a vivir afuera de mis adentros.
Engendro procaz del acoso financiero, que desvelas y te robas las pocas horas de paz de nosotros, habitantes de esta tu tierra de la que no sé quién te ha nombrado propietario, espantajo que ahorcas la ya contraída garganta de mis compatriotas y que con “ganas” pretendes timarnos a todos y hacernos creer que todo está bien, cuando la miseria nos va acorralando y lo único que abunda es la escasez de dinero… estafermo usurero y roba sueños, te mando al exilio lejos, afuera de mis adentros…

Porque adentro de mis afueras tengo una enorme necesidad de una minúscula partícula de paz, tranquilidad, decencia y sobretodo… sinceridad, que me es tan difícil encontrar hoy en día, y una irremediable y aflictiva, colosal e imperante necesidad de afecto…
Por eso ratas, monstruos, energúmenos, parásitos, bestias, plagas, ladrones y oportunistas vayan yéndose a donde realmente pertenecen…
O sea… afuera de mis adentros…

He perdido mi virginidad cibernética, parece que fue ayer cuando, en un afán de hacer nuevos amigos y descubrir eso de las nuevas tecnologías, solté mi primera frase en una red:

Por extraña transmutación, terminé convertido en un grano de arena, cualquiera, en una playa de las múltiples playas del planeta.
Ahí estamos políticamente los salvadoreños, a la derecha de la izquierda y a la izquierda del centro, o sea en ninguna parte.