Monstruo bicéfalo, angustia recalcitrante, repugnate creación de Satanás, criatura de saliva espesa y pegajosa, monstruo de la incertidumbre, de la intriga, del “nosequevaaserdemimañana”, bestia cruel y hedionda, te expulso y te condeno a vivir eternamente afuera de mis adentros.
Animal, engendro cuadrúpedo de las dudas, del temor, de la inseguridad y del miedo, invento nauseabundo de los que quieren vernos arrastrados, agarrándonos la cabeza de la desesperación por las calles de este país que tanto amamos, leviatán insensato e inquisitivo, de la cual se lucran unos cuantos con el llanto de otros muchos, piltrafas de mierda, vomitivas, les pego una patada en sus soberanos traseros y los remito a vivir afuera de mis adentros.
Engendro procaz del acoso financiero, que desvelas y te robas las pocas horas de paz de nosotros, habitantes de esta tu tierra de la que no sé quién te ha nombrado propietario, espantajo que ahorcas la ya contraída garganta de mis compatriotas y que con “ganas” pretendes timarnos a todos y hacernos creer que todo está bien, cuando la miseria nos va acorralando y lo único que abunda es la escasez de dinero… estafermo usurero y roba sueños, te mando al exilio lejos, afuera de mis adentros…
Porque adentro de mis afueras tengo una enorme necesidad de una minúscula partícula de paz, tranquilidad, decencia y sobretodo… sinceridad, que me es tan difícil encontrar hoy en día, y una irremediable y aflictiva, colosal e imperante necesidad de afecto…
Por eso ratas, monstruos, energúmenos, parásitos, bestias, plagas, ladrones y oportunistas vayan yéndose a donde realmente pertenecen…
O sea… afuera de mis adentros…
El culto a la “Divina Pareja” se parece muy poco al socialismo, la unión de los conceptos Estado/Gobierno/Religión son conceptos peligrosamente bolcheviques y el slogan “Seguimos cambiando Nicaragua, cristiana, socialista, solidaria” es lo más parecido a un arroz con mango que he oído en mi vida.
Paso al último de mis relatos olímpicos, y cierro mucho las fauces hasta Tokio 2020, y lo hago con uno de los relatos más impresionantes y no resueltos de la historia de los Juegos Olímpicos.
Hoy te encontré sencillamente distinta, no más bella ni más mía …distinta, como que aquella frase de mi madre “de vez en cuando, es bueno extrañarse un poco …” cobrara todo su valor y sentido.