El payaso Dominó se sentó desolado en medio de la pista del circo, otra tarde más y no había llegado nadie a la carpa.
Al payaso Dominó, de hecho, las cosas ya no le salen como antes, ya casi no llegan los niños y cuando lo hacen, no se ríen ya de sus chistes y sus gracejos.
Sólo en la carpa remendada, Dominó miró a su perro amaestrado Domínguez que le dirigió una mirada como de solidaridad y como gratitud le regaló un salchicha… era un hecho que después de probar el éxito, Dominó estaba sumido en el éxito de su fracaso y había que hacer algo…

Qué podía hacer? Cambiar de carrera? Volverse malabarista? Nunca fue muy bueno para estudiar así que no tenía ni oficio ni profesión y aparte de ello, no conocía otra vida que no fuera la del circo, y la de recorrer caminos y ciudades… pero ahora la carpa otra vez estaba vacía… Dominó se fue a dormir bajo las estrellas, Domínguez se acomodo a su lado y después de tanto observar las estrellas esa noche y pedirles deseos, descubrió que las mismas estrellas tenían la respuesta.
Salió corriendo a su carromato y encontró un libro viejo de alquimia que un día le habían dado como pago de una deuda, lo desempolvó y encontró la página que buscaba: Cómo construir una máquina para fabricar estrellas…
Se dio a la tarea enfermiza, obsesiva, de fabricar el artefacto, sabiendo que si lograba fabricar la máquina, la carpa se volvería a llenar de gente, pues los chistes pueden volverse repetitivos y monótonos pero nunca pierde vigencia el hecho de tener una estrella a la mano para pedir un deseo, que al fin y al cabo de qué vivimos los seres humanos sino de sensaciones? De ilusiones??

Terminada la máquina la probó y ante su mirada comenzaron a emerger enorme cantidad de estrellas que revertirían, él estaba seguro, el éxito de su fracaso, puso un enorme rótulo frente al circo y convocó a una función gratis esa tarde para que todos vinieran a ver la máquina de hacer estrellas…
Y esa tarde, ante la carpa llena otra vez, Dominó disfruto de su alimento espiritual, las risas d los niños, la alegría de los mayores al pedir sus deseos a las estrellas que emergían la máquina de Dominó…
Domínguez saltaba tratando de atrapar alguna estrella y los niños querían capturarlas por todo el circo, se había superado el éxito de su fracaso y Dominó sintió ese hormiguero en el estómago que es algo muy parecido a una manifestación de felicidad…
La historia puede parecer simple e infantil pero encierra un significado, sobre todo para esos días en que sentimos que nos apabulla el éxito de nuestro fracaso…
... siempre habrá alguna estrella a mano que nos indique qué hacer.

Llegar a tener relaciones sexuales es difícil, siempre. Cuando uno se casa, o tiene novia formal, o logra pareja estable piensa: "Por fin voy a tener sexo cuando yo quiera!". Mentira! Eso de las relaciones sexuales estables es una leyenda.

Vamos a darnos prisa, lentamente ... con calma, porque estamos apurados, así como la famosa frase de el Quijote, que paradójicamente nunca fue escrita por Miguel de Cervantes que dice ... "Vísteme despacio Sancho, que estoy apurado" ... así lentamente ... porque urge.

Molly Brown
La sobreviviente más famosa del Titanic, la socialité y filántropa de "dinero nuevo" Margaret Brown se hizo conocida como "la insumergible Molly Brown" (la que le presta el tuxedo del hijo a Di Caprio en la pelìcula)
Hubo un musical de Broadway basado en ella y, más tarde, una película protagonizada por Debbie Reynolds. La noche del hundimiento, después de ayudar con los esfuerzos de evacuación, se subió al bote salvavidas 6.