En los cuarentas, el duelo español no era Real Madrid - Barcelona, ni nos enterábamos en estas latinoamericanas latitudes de lo que realmente pasaba en la liga de la Madre Patria, ni era el Real tan Real sino mas bien "el Madrid" no mas, el cuadro de Franco, el equipo que el Generalísimo ocupo para demostrar su poderío en el incipiente "facismo" de dos décadas atrás, y el Barca, era un orgullo para los catalanes, que de por si son soberbiamente orgullosos por todo y de todo ... y sobre todo, del hecho de ser catalanes.
El duelo era Real Madrid - Athletic de Madrid (actual Atlètico de Madrid), o sea, el de la capital, el team oficial contra el de los parias, merengues contra colchoneros, gran cantidad de la población madridista era seguidora del Athletic no solo por su gestas deportivas como Athletic de Aviacion (asi se llamaba antes, campeón ya de cuatro o cinco ligas) sino porque era una forma velada de oponerse a la dictadura franquista, y esto se heredò de generación en generación...
Así es que cuando Usted le pregunta a un "spagnolo" medio liberalón de pensamiento (tipo Joaquín Sabina) cual es su equipo .. Real o Barca ? Ellos responden ... el Athletic de Madrid ... el futbol-mercadeo vino después.
Introducción aparte, yo era un mozalbete de veintipocos abriles cuando la redacción del "Despierta Madrid" me dio por primera vez la cobertura de una previa del clásico Real - Athletic ...
Era mil novecientos cuarenta y no me acuerdo ... Madrid era ya la ciudad donde la monarquía ya no era, pero todos soñaban con que volviera a ser, donde los tranvías eran reyes del empedrado y donde viajar a América (nuestras colonias) era un venturoso calvario de diez a quince días en barco.
Llegué a la sede del Athletic donde se concentraban todos, con mi credencial de periodista, "Pase adelante, no hay problema, los muchachos están en sus habitaciones pero toque sin miedo ..."
Era el Athletic aguerrido y macho, de jugadores recios y fuertes, de partidos sin cambios, donde una de las principales estrategias era sacar de juego a un contrario con una feroz patada, sin hacerse expulsar y dejar al rival con inferioridad numérica.
En eso se especializaba Joselo "La bestia" Echecopar, capitan indiscutible del team y Horacio "El Gavilan" Izaguirre (llamado asi porque era el gavilán que venia a rematar los despojos de jugadores que dejaba "La bestia" Echecopar).
Toquè a la habitación de estos dos, con el nerviosismo del periodista novato y temeroso de dos fuertes y aguerridos defensas del Athletic que eran capaces (y yo los había visto) de hacer que el delantero rival que venia con pelota dominada la dejara irse afuera ante la posible arremetida de cualquiera de los dos ...
Cual no serìa mi sorpresa ... no estaban ni enojados, ni gritando, ni comiendo niños crudos, estaban los dos abrazados, llorando ..
Llorando y leyendo una cartita en papel azul manchado, detrás de mi entraron Iribarren y cuatro o cinco jugadores mas, que leían la carta y se lanzaban al llanto también ... "Que pasa ? No entiendo nada" me preguntaba yo.
Nadie reparò en mi presencia y en una de esas, la cartita me llegò a las manos, la leí, era dramática ...
"Me llamo Javier, tengo nueve años y estoy internado en la Sala de Cuidados de Leucemia del Hospital General de Madrid. Soy seguidor del Athletic hasta la muerte, y como sé que Dios esta por llevarme consigo ... quería pedirles, de ser posible, si me podían mandar la pelota con la que se juegue este domingo el clásico contra el Real, para tenerla conmigo.
Firma: Javier".
De ahí el llanto, "carajo - pensé - o sea que las bestias y los gavilanes y los colchoneros todos, son en realidad seres humanos, capaces de llorar ...
Al día siguiente del clásico, estaban casi todos ahí, lunes diez de la mañana, todos los jugadores colchoneros en la entrada del Hospital General, sin convocatoria previa, se pusieron de acuerdo, y llegaron, en las manos de Joselo "El Gavilan" Echecopar, el balón, y encima de él, la firma de todos, rudimentaria pero sentida y una camiseta del Athletic.
Entraron todos juntos al hospital, y las enfermeras y doctores, que estaban al tanto de todo, les indicaban la cama del infante cuyo sueño se iba a cumplir, la pelota del clásico .. la camiseta, los jugadores ...
Javiercito los vió venir y se le llenaron los ojos de lagrimas, sus labios querían mascullar algo, pero los apretaba, recibió la pelota, la camiseta, los colchoneros lloraban, y pasaron unos minutos de silencio largos, tensos ...
Hasta que Javiercito pudo decir sus primeras palabras...
"Maricones hijos de la gran puta ! Sobrinísimos imbèciles de la recontra mil madres que los parió ! Como mierda se dejaron ganar cuatro a cero por el Real ? Cuanto les pagaron por venderse ?"
La reacción fue inmediata, pero el pecho de Javiercito se estremecía
"Métanse la camiseta en el culo y la pelota también si les cabe, horda de degenerados !"
Digan que un doctor y dos enfermeros empezaron a sacar a los jugadores, de a uno, aprovechando por una puerta discreta , y medio amarraban a Javiercito que no dejaba de injuriar a sus héroes, mientras estos se marchaban con la cara descompuesta del Hospital ...
Yo por las dudas, no escribí nada del incidente en el periódico ...