Elvira y su esposo Zacarías, jadean, sudan, se sienten más libres y contentos, llevan 35 años de casados y su unión, sigue siendo relativamente mágica, no son frecuentes, pero cuando ocurren, cada muerte de Papa, hay magia …

 

 

Zacarías es un buen tipo, bobalicón y desordenado, solamente fuma en el post coito, odia el cigarrillo y su humo y sabor, pero en ese momento lo toma como un ritual. Es decir que el cigarro que fuma era de un paquete de Delta Suave, una cajetilla que había comprado en tiempos de Duarte. Y claro, le cayó mal y tuvo que salir corriendo para el baño haciendo arcadas.

 

 

Elvira se queda en la cama, relajada como esa gente del Tíbet, toda despatarrada, con el peinado hecho un asco y con un sentimiento de paz comparable a la última vez que lo tuvo y fue en la segunda visita del Papa Juan Pablo II al país.

—Zacarías —le dice desde la cama—, tendrías que hacer esto más seguido.

—Fumar y a los dos pitadas venir al baño a vomitar?

—No, ponerte cariñoso conmigo... No sabés cómo tengo el cuerpo de relajado ahora.

—Sí, ya te vi el cuerpo —dice Zacarías— Cuándo te salió esa cicatriz, que nunca la había visto?

 

 

 

 

—Esta? —pregunta Elvira—mirá que sos bobo, las cicatrices no salen, no nacen, se hacen, ésta es de la cesárea de nuestra hija Yanira, porque te acordarás que tenemos una hija que se llama Yanira, va a cumplir 28 años, … mmm … te resulta sexy mi cicatriz?

—Si le ponés encima un escudo del Firpo, así a nivel de tatuaje, me resultaría irresistible —dice Zacarías —, y cuando salgas del baño tapáte un poco, se me ocurre que el viejo degenerado del quinto piso te está mirando con el telescopio.

 

 

 

—Bueno al menos alguien está pendiente y se pone lujurioso con mis encantos … o eso te pone celoso?

Zacarías siempre fue así, medio paranoico …

—Aparte de eso –le dice Elvira - si te da ganas de vomitar por el cigarro, por qué fumás? Si nunca has fumado en tu vida, en cada ocasión que hacemos el amor, encendés esos cigarros viejos y te vas corriendo al baño.

—Una vez en una película, vi a Brad Pitt, después una escena de cama, encender un cigarrillo y fumar, me pareció interesante, y como vos siempre decís que me parezco a él …

 

 

 

—Siempre? – contesta Elvira -No …solo te lo digo en el momento del climax.

—El climax? Y que tiene que ver Moisés Urbina aquí ? – pregunta Zacarías desde el baño.

—Que torpe sos Zacarias …. Climax, éxtasis!

—Andás metida en eso del éxtasis también ? – pregunta burlonamente Zacarías.

 

 

—Mirá Zacarías! Soy una mujer de 58 años, que llevo 35 casada con vos y todavía no entiendo por qué – comenzó a alzar su voz Elvira - … ni me voy a voy a hacer un tatuaje, ni tengo por deporte "hacerme" cicatrices, fue la cesárea pasmado! Ni me dejo ver por el viejo del telescopio del quinto, ni conozco al Señor Urbina más que por la tele y mucho menos, y que te quepa en esa cabeza de diputado que tenés, estoy metida en drogas o cosas de éxtasis … por la soberanísima puta madre …soy tu esposa, que te ha hecho el aguante y soportado por más de tres décadas … te quedó claro?

 

 

Jadeando más que al terminar el rito sexual, Elvira, casi tiraba espuma por la boca, mientras quien si la tiraba era Zacarías, era la espuma de la pasta dental que caía de su boca abierta como bobalicón, mientras se quedó petrificado con la letanía de su esposa …

 

 

 

—Creí que te habías relajado y …. – balbuceó Zacarías.

Entonces, Elvira, cruzó sus piernas, desde la cama, dejó ver el nacimiento de sus senos bajo la sábana, y con esa sonrisa picarona que enamoró a Zacarías hace cuarenta años … le susurró …

—Eso depende de usted …. Brad Pitt

Y dio inicio el segundo round, por primera vez, desde su luna de miel …