Desde antes de que ella se fuera, Gastón ya sabia que iba a extrañarla pero no se imaginaba como ni cuanto…
Al dar ella el portazo y marcharse de su vida para siempre, Gastón trató de enderezar sus pasos a la cama, y engañar a la realidad …durmiendo.
Al día siguiente después de muy mal dormir esa noche, notó que los pies le sobraban fuera de la cama, colgaban.
“Se habrá encogido la cama o habré crecido yo? “– se preguntó intrigado.
Al ir a su habitación a la ducha, sintió que daba menos pasos que los habituales, y se extrañó de que si casi tuviera que agacharse para pasar por el dintel de la puerta.
En los días siguientes descubrió que para caminar dentro de su casa debía encoger el cuello, la mesa del comedor casi tocaba con las paredes y le daba a Gastón esa extraña impresión, de que en la cocina y en la sala, el techo estaba cada vez mas cerca de su cabeza.
Pasadas unas semanas se empequeñecieron las ventanas y los rayos de sol entraban a la casa con suma dificultad, las paredes de los pasillos se estrechaban entre si y para poder pasar de habitación a habitación Gastón tenía que hacerlo de perfil y agachado.
Desde antes de que ella se fuera, Gastón ya sabia que iba a extrañarla pero no se imaginaba como ni cuanto…
Al cabo de unos meses, Gastón transitaba por su casa gateando, el techo había bajado de tal manera y el piso había subido tanto que no le quedaban más que unos sesenta centímetros de altura entre ambos, era total oscuridad porque las ventanas habían desaparecido y los muebles yacían destrozados entre las paredes, que al estrecharse, los hicieron añicos … los muros ya casi se unían entre si…
Gastón trató de entender que era lo que pasaba, pero la velocidad del pensamiento era mucho más lenta que el ritmo de empequeñecimiento de su casa…
Al cabo de un año Gastón quedó atrapado dentro de una caja que antes era su hogar y simplemente no pudo salir, apenas si entraba algo de aire a sus fatigados pulmones …
Le ganó la oscuridad y el silencio y la ausencia…
Entonces, fue hasta entonces, que Gastón se dio cuenta cuanto Iba a extrañarla… y como se volvió de pequeña su existencia ante la magnitud enorme …
... de la carencia de su razón para vivir…
El enamorado, despechado y abandonado, aquel que entregó su vida por amor y espera en vano el regreso del amor que se fue, el que masculla versos y canciones sin sentido sintiéndolas y entabla pláticas con el cielo falso, mira fotos viejas y se pone a llorar ...
Tantas tonterías que se dicen en los sepelios, que la única posibilidad de asistir a un entierro sin indignarse ni aburrirse … es como protagonista.
Querida y amada Hope:
Sos la típica mujer, berrinchuda, rebelde, buscapleitos, maniática, bipolar, malhablada, rea y vagabunda de las cuales mi madre me recomendó toda mi vida mantenerme alejado.