El Sr. Fulano De Tal regresó de su viaje por Europa y abrazó fuerte muy fuerte a su mujer (la Sra. De Tal) de hecho, la había extrañado muchísimo…
Sin embargo la Sra. De Tal no respondió muy efusivamente al saludo, intercambiaron un par de frases cordiales de bienvenida y se hizo el silencio…
Cuando el silencio se hizo incómodo, el Sr. De Tal preguntó a su señora que pasaba, y al no obtener mayor respuesta, nada más que evasivas, se decidió a hablar…
-Ya sé- le dijo - alguien te ha contado que tuve una aventura mientras estuve en Alemania, de hecho es cierto- confesó ante las dudas pero no es nada que deba preocuparte, nada de peso, una noche con los amigos, un par de copas y…
La señora De Tal permaneció en silencio…
No tiene nada que ver con nosotros - le dijo el Sr. De Tal - no es culpa tuya, ni siquiera la culpa es mía, la cual es de la biología.
El silencio se hizo mucho más espeso y el Sr. De Tal ya no supo que decir…
“Verás mi amor, es cuestión de biología, nosotros los hombres tenemos este… ¿cómo te explico?” Y el señor De Tal ya no pudo decir más…volvió a caer el silencio pétreo, inoxidable, la Sra. De Tal miraba a su esposo con una cara de no entender nada y éste escondía su cara entre sus manos…
Hasta que el silencio lo rompió minutos después, la misma Sra. De Tal que se acercó a su esposo, puso una mano en el hombro y le dijo…
“No sabes amor mío, cuanto alivio me da tu confesión, porque eso me permite contarte y así liberarme del cargo de conciencia que me provoca decirte que en tu ausencia yo también tuve una aventura con Mengano…y no hallaba como decírtelo hasta que tu hablaste..”
La Sra. De Tal vio que el rostro de su esposo se descomponía y deshacía en pedazos hasta que le dijo…
“No tiene nada que ver con nosotros, la culpa no es tuya ni siquiera es mía” remató la Sra. De Tal –
la culpa es de la biología…
Tirano (ablativo del latín tyrannus, «gobernante ilegítimo o un solo hombre», y a partir del griego τύραννος [týrannos], «rey soberano, gobernante de una polis») en el sentido que se dio al término en la Grecia Antigua, era el régimen de poder absoluto, de ordinario unipersonal, instaurado por un tirano.
Absolutamente.
Tanto así que hasta nuestros políticos, habitualmente tan poco astutos, se dan cuenta de este fenómeno, y aprovechan el embeleso futbolero para:
Es el día de la Patria y enhorabuena, ciento noventa y ocho años de Independencia no se celebran así nomás, desde el campanazo premonitorio de José Matías Delgado diez años antes de la firma del acta de emancipación, campanazo que por cierto no sabemos a ciencia cierta si fue en La Merced, si fue en El Rosario, si fue en El Calvario, si fue Matías Delgado, es más ni siquiera sabemos si realmente fue, pero lo celebramos (antes celebrábamos más el 5 de noviembre), y colocamos nuestra Independencia en el marco de exaltación general.