Yo soy, orgullosamente …. Telenofóbico, o sea me defino como un ser humano con un persistente, anormal e injustificado miedo (miedo?) a los teléfonos.
No es que les tenga miedo …simplemente los detesto … mucho joden.
Quienes padecemos de esta condición tememos hacer o recibir llamados, incluso el temor puede llegar a abarcar el timbre del teléfono. Esta fobia puede deberse a alguna de las siguientes razones:
- Una mala experiencia con teléfonos en el pasado (por ejemplo, recibir una terrible noticia mientras se hablaba por teléfono, o ser amenazado, etc.).
- Ser resultado de la fonofobia, es decir, el miedo a los ruidos fuertes.
Es posible que personas como yo, hayamos tenido una mala experiencia con sonidos repentinos en el pasado … yo no sé, yo me pasé la adolescencia tocando canciones punk de “Los Ramones” a todo volumen (de hecho, no hace falta que lo del audio sea una experiencia recurrente, incluso una experiencia aislada desagradable puede llevar a que se desarrolle una fobia).
Más adelante, este sentimiento puede transferirse a otros sonidos (como el timbre del teléfono en el caso de la telefonofobia). De esta manera funciona la mente humana: una vez que el timbre del teléfono ha sido asociado con sentimientos de incomodidad, otras asociaciones se incorporan, y el miedo a todo lo relacionado con los teléfonos tiene lugar.
Para tratar la telefonofobia es necesario encontrar cuál fue el estímulo inicial, es decir, cuál o cuáles sonidos fueron tan desagradables como para iniciar la reacción en cadena que conduce a la fobia. Aunque en mi caso, lo que más me rompe las gónadas, es lo impersonal del aparato, podés decirle "te quiero" a la mujer de tu vida, mientras ella le textea lo mismo a otro y simultáneamente se saca el cerumen de la oreja.
Es posible, aún padeciendo la fobia, utilizar el teléfono, si bien resulta desagradable. De todas maneras, el fóbico puede optar por acudir a un psicólogo para tratar este problema.
Yo soy, orgullosamente …. Telenofóbico … aunque viendo mis alrededores
en mi país
en mi familia
creo que soy el único …
“No me miren de frente sino tangencialmente, soy un diputado, un quirite al decir del Antiguo Senado Romano, ocupo una curul tal como en épocas del gran Cicerón cuyo ejemplo me motiva …
aunque su austeridad, ejem, no la imito.
El futbol es de las pocas cosas que medio nos quedan, para generarnos un asomo efímero de esperanza, y encima esa esperanza nos la bajan a pedradas los mismos que deberían velar por el fútbol.
En casi todas las culturas, tirarse pedos (Diccionario Real Academia: Ventosidad que se expele del vientre por el ano) se considera desagradable, incluso odioso. Y, sin embargo, ha seguido siendo una fuente de alegría sin fin durante siglos especialmente para hombres y niños.