Sebastián Cuchuflito, salvadoreño, de 51 años, trabajador, bien casado y con dos hijos, fue atropellado un viernes a las 14 34 e las inmediaciones del Parque Infantil, cuando trataba de cruzarse la Juan Pablo II.

Lo atropelló un bus de ruta que iba hasta los tuétanos de gente, iba a una actividad política en Ilopango, de más está decir que el conductor con todo su cargamento de pasajeros se dio mucho a la fuga. Si bien no quedó malherido, Sebastián intentó ponerse de pie y no pudo …

Lo vio toda la gente que estaba en las inmediaciones, pero como el golpe no había sido tan grave, nadie metió mano, observaron si … porque eso es muy nuestro, muy salvadoreño, mirar como el otro se retuerce, pero el miedo a tocarlo ya sea por lastimarlo, o porque la PNC lo involucre a uno en el incidente hizo que Sebastián se retorciera solo varios minutos.

 

Fue un muchachón de esos que estaba trabajando en una venta de DVDs chabeleados, quien se paró, le puso el brazo por debajo del hombro, lo levantó y detectó que las piernas no respondían probablemente por alguna fractura de cadera o algo así (había estado en Irak, algo sabía).

-       Hey – gritó- alguien tiene un celular ? Este hombre está lastimado …

-       Yo tengo pero no tengo saldo …- dijo alguien.

-       Vaya a ponerle y hable al 911 para que manden una ambulancia !

-       Deme pisto pues !

Obviamente el héroe en cuestión tampoco tenía dinero, pero un señor mayor, tomó su móvil (todos los curiosos tenían al menos uno), y marcó al 911

-       Mire varón – dijo el señor -, yo llamo y llamo al 911 pero solo me dicen que mi llamada es muy importante y bla bla bla  … yo creo que están de vacaciones.

-       Hagamos la cabuda para un taxi – sugirió otro.

-       Donde lo llevamos? - preguntó el muchachón.

-       Al ..seguro …estoy a…segurado …. Respondió cada vez con menos color y menos sangre Sebastián Cuchuflito.

Un par de taxistas se hicieron los suizos a pesar de que estaban en pleno centro de San Salvador, porque lo vieron sangrando y limpiar después el tapizado no …que pereza, más en día viernes.

El tercero lo llevó al Médico Quirúrgico, el muchachón acompañó a Sebastián que se desangraba mal y feo, y dejó a un primo de quince años a cargo del puesto de DVDs.

Al llegar, la situación era peor, viernes, varios afectados esperando y una enfermera veterana que no se quitó el celular de la oreja todo el tiempo, mientras hablaba sobre su excursión con la familia al Maculís, media vez saliera del turno, ojeaba constantemente el reloj, porque estaba a punto de irse.

La llegada de Sebastián Cuchuflito lo enredó todo, porque Sebastián, literalmente, era un caso grave, y se estaba muriendo, se estaba desangrando …

La enfermera, de mal talante y peor aliento, hizo un gesto de fastidio, se acercó a Sebastián, le dijo al muchachón, “échelo en la camilla”, le inyectó un coagulante, le preguntó sus datos generales, todo esto sin interrumpir la platica al celular con quien sabe que pariente que era más importante que el paciente que se moría …hasta que topó con el tipo de sangre de Sebastián Cuchuflito …

-       AB positivo.? De donde se le ocurre a usted que voy a sacar ese tipo de sangre ? – le reclamó la enfermera veterana a Sebastián, como que éste tuviera la culpa del tipo de sangre con el que había nacido – acá no hay de ese tipo, pero déjeme ver si logro encontrar en algún lado. Jiménez, inyéctele 100 de Sumatriptán y 50 de corticosterioides, para el dolor –y se fue a su escritorio a seguir hablando por el celular.

A la hora y media de estar tirado en una camilla, con suero y sin reponer la pérdida de sangre, Sebastián Cuchuflito se moría, en ese momento el “muchachón héroe” recibió una llamada de su primo, que le decía que le estaban desvalijando el puesto y él no podía hacer nada, el muchachón se despidió de Cuchuflito y corrió al counter de la enfermera, que seguía hablando por el celular.

-       Señora … y la sangre AB positivo del señor atropellado ?

-       Ahhhhhh siiiii … ya le averiguo – después de veinte minutos más eternos, con dos teléfonos en las orejas, la poco dinámica enfermera jefa de turno, encontró sangre tipo AB positivo en el regional de Sonsonate  - ambulanciaaaaa ! Llévense al paciente Cuchuflito a Sonsonate para una trasfusión.

-       Llevarlo a Sonsonate ? El señor se está muriendo, no es mejor traer la sangre aquí ? – preguntó el muchachón que ya daba su puesto de ventas por perdido.

-       Yo salgo de vacaciones ca-ba-lle-ro, si la sangre viene de Sonso, me tengo que quedar aquí esperando, además allá no están tan saturados y con permiso …- se volvió a clavar en la charla al celular.

Casi una hora después, Sebastián Cuchuflito fue subido a la ambulancia, el muchachón ayudó porque no había camilleros, estaban de vacaciones de viernes, por un “puente” que se había inventado el sindicato, Sebastián iba inconsciente y sin embargo, medio abrió los ojos como para decir “gracias”, se lo llevaron.

Sebastián murió a las 5 17 pm, a bordo de la ambulancia, que no podía pasar por Lourdes, por la eterna trabazón de los viernes; a la gente, en pleno inicio de fin de semana largo, le valió chonga la sirena de la ambulancia, y no había policías en la zona, porque estaban destacados en zonas balnearias.

Quien mató a Sebastián Cuchuflito ? Lo matamos todos, por nuestra desidia, por nuestra permisividad ante nuestro sistema de seguridad obsoleta, salud pública por la que pagamos millones, el nombre del occiso no es el que planteo, y con lugares y datos cambiados, esto sucedió un fin de semana largo en San Salvador …

 y es más …sigue sucediendo a diario.