Que todos estamos locos, es un hecho, pero no vaya a creer que este estado de locura es privativo del Siglo XXI … para nada …por eso me he propuesto comenzar a contar historias reales, que de tan ciertas, hasta parecen mentira ... pero sucedieron! Estas son las crónicas del disparate.
Una loca aventura automovilística, precursora de los grandes rallies modernos, se organizó, por así decirlo, en 1907. La prueba consistía en llegar a París, saliendo de Pekin, en nada menos que 60 días, atravesando lugares sin carreteras y sitios en los que jamás nadie, había visto un automóvil. Salieron cinco coches y llegaron cuatro, entre ellos el Itala Scipione Borghese, que fue en vencedor de tan alocada carrera.
La prueba surgió a iniciativa de diario francés Le Matin, y ejemplifica la pasión que el automóvil, como nuevo y moderno medio de locomoción, levantaba en la sociedad europea de principios del siglo XX. Los responsables de Le Matin querían saber si el nuevo invento, destinado a transformar el mundo, era capaz de asumir su papel de medio de transporte, incluso en las condiciones mas extremas, y propusieron una carrera de resistencia entre Pekin, la cuidad mas alejada que se les ocurrió, y París.
Con tal fin, mandaron los seis coches inscritos a Pekin por vía marítima, acompañados de un comisario deportivo que se encargaría, simplemente, de dar la salida. No habría controles de paso, ni clasificaciones parciales, ni siquiera itinerario y las reglas se limitaban al juramento de los participantes de respetar el fair play y ayudarse mutuamente llegado el caso. Así pues, tres De Dion-Buton franceses, el Itala de Borghese, un Spyker holandés y un triciclo Contal se presentaron en la salida y tuvieron que esperar a que una considerable caravana de camellos se adelantara más allá de la Gran Muralla hacia Mongolia y el desierto de Gobi, para dejar las garrafas de combustible necesarios para el abastecimiento de los carros es tan desolados parajes.
La carrera fue durísima para todos los participantes, que se enfrentaron a la ausencia de carreteras y mapas fieles, al calor del desierto, al frío siberiano, a las averías solo reparables con el material de a bordo a lo que buenamente pudiera encontrarse, y al cansancio acumulado durante días y días de conducción.
La carrera fue la primera aunque se ha vuelto a replicar en el año 1997 y desde ahí continuamente, pero a la primera, 90 años antes, se inscribieron cuarenta participantes, pero solo seis llegaron a la salida, de los cuales solo cinco consiguieron llegar con el vehículo hasta la meta.
Cada vez que uno de los participantes encontraba un telégrafo, enviaba un cable a París, indicando la fecha y el lugar donde se encontraba, con lo que pudieron establecerse algunas clasificaciones provisionalmente y seguir la carrera.
Al final, tras haber sido arrestado por un camello, haberse caído desde un puente de madera que cedió, haber hecho algunos km subiendo en el Transiberiano y reconstruir una de sus llantas de madera en el taller de un tonelero ruso, el Itala de Borghese, junto a su mecánico y el periodista italiano llegaron a París con una semana de adelanto sobre el Spyker holandés, que acabo en el segundo puesto pese a conducir en Europa entradas de 24 horas, sin luces ni frenos delanteros. El Itala, con un chasis de camión, suspensiones reforzadas, neumáticos Pirelli (uno de los cuales llego a París sin un solo pinchazo), y un depósito de gasolina auxiliar de 150 litros, todavía se conserva y puede verse en un museo turinés.
Del resto de automotores, solo el triciclo Contal no consiguió llegar a su destino y sus pilotos fueron salvados de un muerte segura por un grupo de nómadas, en pleno desierto de Gobi, donde el coche se negó a continuar funcionando …
Para conocer un poco más de este detectivesco personaje de mi invención, es bueno leer “Johnny Acetileno” http://danielrucks.com/~danielru/index.php/cuento-breve/1386-johnny-acetileno en este mismo blog.
(A excepción del estudio de la Universidad de Fráncfort que es real, el resto … es puro cuento …)
Que a usted, a mí, a nosotros, vosotros, incluso a ellos, nos vienen robando cada dato personal, cada foto, cada conversación por muy “privada” que la pongamos, hasta el signo zodiacal en Facebook no es ninguna sorpresa …