Nerón, abandonado por sus seguidores más cercanos, y repudiado por las hordas de fanáticos, que hasta los deificaban (lo convertían en Dios), murió atravesándose el mismo un puñal en la garganta (ayudado por sus últimos seguidores, ya que la multitud que venía a matarlo ya rompía los portones) y mientras moría …

 

… solo le acompañó Actea, su amante de toda la vida. Ex esclava que él mismo había liberado. Solo ella oyó sus últimas palabras:

“Que gran artista muere conmigo”.

Corría el mes de junio del año 68 de Nuestra Era.

Galba

El 20 de diciembre de 69 d. C., el Imperio Romano terminó un período de caos y ganó un nuevo emperador que traería una medida de estabilidad muy necesaria y aseguraría su supervivencia.

 

El año 69 es conocido como el Año de los Cuatro Emperadores, tres de los cuales sufrieron muertes violentas. Después de que Nerón fuera derrocado en junio del 68, varias facciones del ejército presentaron sus propios candidatos a emperador, y fueron estas afirmaciones contradictorias las que crearon el caos.

 

El primero fue Galba, un anciano gobernador provincial que fue el sucesor elegido para suplantar a Nerón. Sin embargo, demostró ser incapaz de mando y logró alejar a elementos clave del ejército.

Galba se apresuró a hacer enemigos. Al recompensar a sus tropas galas, enajenó al ejército del Bajo Rin, que proclamó a Aulo Vitelio como el legítimo emperador. Y cuando la Guardia Pretoriana pidió el dinero que les habían prometido por levantarse contra Nerón, Galba se negó a pagarles. Esto resultó ser un grave error.

Galba luego empeoró las cosas al ignorar a su fiel partidario, Marco Otón (gran amigo de Nerón y primer esposo de Popea, una de sus esposas) , y nombrar a Lucius Piso como su sucesor.

 

Otón

Galba fue derrocado y asesinado por tropas leales a Otón, quien luego asumió el cargo de emperador.

El ejército de Alemania había declarado que su candidato preferido era Vitelio, cuyas tropas procedieron a marchar sobre Roma mientras Otón intentaba desesperadamente montar una defensa.

 

 

 

 

Otón actuó rápido. Envió una fuerza naval al sur de la Galia, reunió fuerzas y fue al encuentro de sus rivales. Aunque se le unieron más fuerzas, las legiones alemanas eran más fuertes. Sin inmutarse, Otón insistió en la batalla. Su ejército fue fuertemente derrotado en abril y Otón se suicidó solo gobernó tres meses.

Con dos emperadores muertos en diez meses, la atención se centró en Vitelio. Otro político profesional, Vitelio también había sido elegido cónsul en el año 48 dC y había sido procónsul en África.

 

Vitelio

Poco después de que Vitelio llegara a Roma en junio del 69, otro ejército avanzó desde el este. Este estaba compuesto por tropas leales a un general llamado Vespasiano, quien había estado combatiendo en Judea y Siria.

El ejército en Egipto declaró emperador a Vespasiano el 1 de julio, y esto inspiró a las tropas más cercanas a Roma a hacer lo mismo.

 

Los partidarios de Vespasiano lucharon contra los de Vitelio en el mismo campo de batalla que había visto la derrota de Otón por el ejército de Vitelio solo unos meses antes. Esta vez Vitelio no tuvo tanta suerte, y cuando el ejército victorioso de Vespasiano llegó a Roma (el 20 de diciembre) asesinaron a Vitelio y arrojaron su cuerpo al río Tíber.

 

Vespasiano

Mientras tanto, Vespasiano seguía en Judea tratando de resolver la revuelta judía que terminaría al año siguiente con la destrucción del Templo de Jerusalén. Dejó a su hijo Tito para que terminara el trabajo mientras partía hacia Roma, a donde llegó un año después de haber sido originalmente declarado emperador por sus tropas.

Vespasiano ya tenía un historial militar largo y distinguido, sus hazañas incluyen la derrota de las tribus celtas en el sur de Gran Bretaña durante la invasión instituida por Claudio en el 43 d.C. Como emperador, demostró ser el hombre adecuado para el puesto, a pesar de tener más de 60 años cuando asumió el cargo. Gobernó con firmeza pero con justicia y fue respetado y reverenciado por el pueblo de Roma.

 

Un resultado perdurable del reinado de Vespasiano fue su decisión de derribar el palacio de recreo de Nerón y construir un anfiteatro en lugar del lago artificial que Nerón había construido. Aunque se completó después de la muerte de Vespasiano en junio de 79, gran parte del edificio sobrevive hasta el día de hoy y es una de las principales atracciones turísticas de Roma bajo el nombre de Coliseo.

 

 

 

 

Con Vespasiano, inicia la Dinastía Flavia que daría tres emperadores, sus hijos Tito y Domiciano y Vespasiano mismo, a no ser por los últimos años de Domiciano, inestable mentalmente, son bien recordados.