Porque no tuvo nada que ver el fútbol, y menos aún duró cien horas, muchos conflictos armados han tenido poco sentido, pero nuestra guerra de 1969 con Honduras, tuvo aún menos.
El nombre de la “guerra del fútbol” le quedaría, bautizado por la excusa, de las eliminatorias al Mundial México 1970 y el título del popular libro de Ryszard Kapuściński, periodista Bielorruso, que cubrió los eventos y los compiló en ese texto.
Tegucigalpa 1969
Eran aquellas épocas, donde el Salvadoreño forjó su personalidad y mote de “trabajador, tesonero, emprendedor”, no existían las remesas familiares, así que el dinero había que ganárselo, no recogerlo en Western Union.
Tegucigalpa, (por Taguzgalpa “ciudad de los cerros de plata”) era la más bisoña de las capitales centroamericanas, tenía menos de 90 años de ser capital (Comayagua lo fue hasta 1880) y por ende presentaba menor desarrollo que las demás, era, prácticamente una ciudad minera, con algunas calles pavimentadas y muchos “caminos de mulas” bajando del Picacho.
Más grande en extensión, nuestros compatriotas, comenzaron desde inicios de siglo XX a buscar tierra para sembrar en Honduras, esto crece con más énfasis comercial en los 60s , al proveer a esa ciudad, del otro lado de la frontera oriental, abarcables en bus o cualquier vehículo, de productos salvadoreños, no necesariamente introducidos de manera legal, a menor precio.
En el Parque Central de Tegucigalpa, se vendían zapatos ADOC, la gaseosa Grapete de San Miguel, se leía La Prensa Gráfica, porque los periódicos hondureños (La Prensa, Tiempo) tenían sede en San Pedro Sula, llegaban al otro día a Tegucigalpa.
Ese era otro problema tangible, el desarrollo acelerado de la Zona Norte (ante el esplendor y auge de las bananeras) y su poca comunicación con la Zona Central y Sur, de hecho la Carretera del Norte que une Tegucigalpa y San Pedro Sula, comenzaría a ser pavimentada recién en 1973.
San Salvador 1969
El auge de los precios del café de los 60s, la “estabilidad de los tiempos Conciliación (PRUD)” con Gobiernos militares, dedicados a demostrar la grandeza de los buenos tiempos, en expansiones urbanas y obras arquitectónicas, da como resultado un país de 21 000 km cuadrados con 3 130 000 habitantes, era un hecho que los Salvadoreños buscáramos otros horizontes para hacer vida … y dinero.
El sueño americano recién empezaba y sonaba “terriblemente lejos”, pero cruzar el Río Goascorán, con productos que en El Salvador valían 2 y tendidos en una manta en Tegucigalpa se vendían por 5, era una forma impecable de hacer buen dinero.
Pero otros compatriotas, no tenían dinero para un capital semilla, y tomaban la opción de ir a buscar trabajo (que lo había por montones) en las bananeras, éstas, asentadas en Honduras desde finales del siglo XIX, se fusionaron en dos compañías estadounidenses: la Standard Fruit Company y la United Fruit Company.
Las bananeras, comenzaron a contratar mano de obra salvadoreña, que a pesar de no ser de la zona, se adaptaba al clima, trabajaban más y ofertaban sus brazos en sueldos menores, desplazando la mano de obra local. (Jugaban un doble papel, porque eran dueñas del 16% del área cultivable de Honduras pero financiaban los planes de Reforma Agraria, con tal de que sus dominios no se afectaran con la ley).
Osvaldo López Arellano
Gobernaban ambos países, militares de carrera y rango, pero en el caso de López Arellano, es importante realzar su figura. Había sido parte de un triunvirato en 1956 – 57 que gobernó Honduras, y mediante Golpe de Estado, asume en 1963, 10 días antes de las elecciones.
Con Fidel Sánchez Hernández (Presidente de El Salvador, ganador elecciones 5 de marzo 1967), se conocían, eran amigos, ambos graduados de la Escuela de las Américas (USA), anti comunistas y pro Estados Unidos, al extremo de que ambos ejércitos estaban apertrechados por armas y equipos que vendía USA a ambos países.
En aquellas épocas, ante la multitud de campesinos sin tierra en ambos países, el concepto Reforma Agraria toma interés inmediatamente, López Arellano inició la creación de un Instituto de Transformación Agraria, pero fue más bien una medida populista que además servía para meter presión de desalojo a más de 300 000 Salvadoreños que vivían y trabajaban en Honduras.
La Mancha Brava y los ataques
La Mancha Brava era una organización paramilitar dedicada clandestinamente al “exterminio de salvadoreños en Honduras”, se comenta que López Arellano, sabía de su existencia …
Mientras tanto, se rumoraba que en la Escuela Militar Gerardo Barrios, en El Salvador, se entrenaba a un oficial hondureño para dar Golpe de Estado a López Arellano, con tropas conjuntas. De hecho, ya se había dado un incidente grave de captura de 45 soldados salvadoreños , dos años antes, por este mismo causal, detectado por los servicios de Inteligencia de Honduras.
El tire y afloje por estos prisioneros produjo una fuerte fricción diplomática. Que convocó la observación sigilosa de la OEA.
Muchos compatriotas amedrentados, por el asesinato de salvadoreños, deciden regresar. El Salvador rompe relaciones diplomáticas con Honduras y el día 14 de julio, se da la primera acción armada: Honduras ataca el puesto fronterizo de El Poy en Chalatenango.
Sánchez Hernández manda a invadir y bombardear Honduras sin declaración de guerra … la guerra tonta había iniciado.
Entonces, cerramos junio, mes Internacional de la Lucha contra las Drogas, y pasamos el 26 de junio, día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas, día en el que solíamos hacer coincidir con el fin de las 5 caminatas Anti Drogas a finales de los 80s e inicios de los 90s.
El 17 de abril de 1982 puede considerarse el día que la humildad futbolera (con una pequeña ayuda del Estado) sorprendió al mundo.
Después de haber ganado el Mundial de 1978, Argentina veía languidecer una Dictadura Militar que daba patadas de ahogado, el pan y circo del Mundial ganado, no alcanzaba a terminar de sacar a los argentinos de una realidad concreta que las Juntas Militares proponían, represión, hambre … orden relativo, y enriquecimiento ilícito de sus allegados.
La primera final totalmente española, aparecería en 1999 – 2000, de ahí en adelante, las finales de la ya institucionalizada Champions League, renombrada desde 1992 como tal, vería varias finales entre equipos de un mismo país de acuerdo a las supremacías del momento.