Hoy mi cerebro tiene día libre, ya ratos que lo andaba mereciendo...
no tolero nada, ni siquiera estar conmigo, se han declarado en huelga mis sentidos
Hoy canto escupo, pataleo, hago todo lo que es feo
en resumen, hoy no es un día normal
para tanta soledad me sobra el tiempo, pero me falta vida.
No es que todo sea tan patético como estas líneas pudieran indicar
digamos, a manera de corolario, que no soplan vientos de levante
y sí hay corrientes de naufragio …
No es que esté envejeciendo, es que tengo a mi niño preso …
Y ese niño que alguna vez, en una de esas fui, no puede salir
lo tienen preso las idas de las preocupaciones y las vueltas de las angustias …
lo implacable del dime y lo procaz del direte
el vendaval de “no me olvides” y la leve brisa del “no hago más que olvidarte”
Y hoy quisiera dejar salir de su calabozo prisión
a ese niño que no fui y patear piedritas por la calle
me parece oír, una voz que me invita a algo así
vení, cantá, jugá, reí,
que no interesa lo que alrededor de nuestros espíritus pasa ….
la indiferencia hoy duerme en casa.
Para tanta soledad me sobra el tiempo
pero me falta vida …
“Seré curioso, usted es Salvadoreño verdad? ah si ! No, por nada, claro que parece por sus rasgos un buen compatriota, solo le preguntaba por sus actitudes …
"Tenemos que cambiar, de escépticos a creyentes, ahora mismo". -Jürgen Klopp
—Señorita —le dijo Virginio al ver que desenfundaba la hipodérmica—: perdóneme,
pero si es con aguja, no quiero hacerme el examen.