Siete minutos, dos horas y mil días
de simplemente no verte ...
me han convertido en anciano
he envejecido diez años
tal vez veinte …
Desde que perdí el horizonte
o desde que te obvié
en mi horizonte
he ido barranca abajo
muy bien Noseadonde …
De tus océanos
cerraste las esclusas
sin permitir
mi llegada a tus recodos
tu vida corre bien
de todos modos
sin necesidad de que aparezca
Yo …
el peor de todos …
Nunca supe, nunca quise saber
nunca entendí, nunca quise entender
era mejor pasar cada día
de eso
que tu llamabas amor
haciéndome el distraído
no había nada que comprender
porque nada había comprendido
pero ante la pasión
ante las caricias
siempre estaba dispuesto
hirviendo como un ejército
carente de todo mérito …
Y ahora que tanto extraño
que tanto necesito
que tan bien me haría
una sola de tus palabras …
tu vida pinta perfecta
camina sobre rodos
y en tu existencia no hago falta
Yo …
el peor de todos …
Pero aun así
sé que por las rendijas
de un sueño efímero
que tengas en una de tus noches inquietas
algún resabio mío puede hacer
que me recuerdes …
Yo …
el que siempre incomodo
Yo …
más solo que lo que en la torre de Notre Dame
se encuentra Quasimodo …
Yo …
el más sucio lodo …
Yo …
el peor de todos …
“Desperté horrorizado; sudor frío cubría mi frente, mis dientes castañeaban y mis extremidades se retorcían cuando, a la luz pálida de la luna, vi el horrible, el miserable monstruo que había creado.”
Muchas de las cosas que la tradición bíblica nos cuenta, acerca de la relación Roma Imperial - Cristianos, no tiene un asidero real tan cierto como creemos, la Historia a veces opaca el martirio y sin embargo el martirio de las primeras comunidades cristianas, fue tan o más cruel que lo que conocemos, de igual manera, tampoco la conversión de Constantino, provocó el inmediato cambio religioso de Roma.
Porque somos, hemos sido y seguiremos siendo malinchistas desde el momento que Cristóbal Colón hincó rodilla en tierra americana y empezó a cambiar oro por espejitos, hasta el día de hoy que quienes nos cambian oro por plástico, son las grandes transnacionales financieras mundiales, todas con sus filiales en El Salvador, a menos cabo de los dos últimos bancos (aun salvadoreños) que respiran en medio de esa vorágine.