La oleada socialista latinoamericana no es nueva, no nace con Fidel ni con Chávez ni Lula, nace con gente realmente intelectual y preparada para sobrellevarla …

Arturo Alessandri (tres períodos truncados como Presidente en Chile, 1920 y su hijo Jorge de igual pensamiento) Jorge Eliécer Gaitán (Colombia, no llegó a Presidente, lo mató la CIA en 1948), Jacobo Arbenz (Presidente Guatemala, derrocado por fuerzas USA que colocaron a Castillo Armas en el poder en 1954), Salvador Allende (Chile, la misma historia, derrocado y asesinado en 1973), fueron los reales y genuinos quijotes de una vía política, democrática para consolidar reformas que favorecieran a toda la población.

Esta es una rama ideológica que razona, por claras ecuaciones como que el 1% de la población mundial, los más ricos del planeta, tienen tanta riqueza como el 99% restante de la población, que algo no está funcionando bien, es una ecuación muy sencilla de hacer para darse cuenta de que el sistema capitalista no funciona para el 99% de la población mundial y por este simple razonamiento los precursores comenzaron un camino espinoso y sangriento a la equidad social, que pagaron con sus vidas ante un enemigo común.

La revolución de los idealistas

De Fidel para acá, el idealismo del “mayo francés” marcó a toda una generación, mayormente estudiantes universitarios, que fueron base constitutiva de muchos movimientos sociales (mucho ojo a la palabra “movimientos”) que de una u otra manera (por la vía democrática, armada, sindicales  o una mezcla de todas las anteriores), llegaron a detentar el poder en el mundo. En Europa, Asia, bajo diferentes ramas de la misma ideología se mantienen firmes muchas de ellas, con excelentes ejemplos de reforma y distribución social de los recursos, más crecimientos macro económicos envidiables.

En América Latina, la gran mayoría de estos “movimientos” han dejado de moverse … y ya con el poder en la mano, se han sentado cómodamente en el escritorio, apoltronados, cambiaron la kalishnikov por seis guardaespaldas, los pies en la zanja, por los pies calzados con zapatos Louis Vutton.

La fuerza política que alguna vez, les granjeó simpatías, está actualmente en un momento de adormecimiento en su funcionamiento, quizás por inercia, pero sobre todo porque los partidos o frentes conformados, van muriendo como actores políticos, debilitándolos para que solo sean un respaldo acrítico al gobierno. Un gobierno que cada vez más apuesta a los “vendedores de espejitos” que gobiernan alejados de la realidad.

Y por casa cómo andamos?

El grave problema de Chávez y su “socialismo del Siglo XXI”, que lideró y vendió muy bien, fue que jamás le pasó por la cabeza, que iba a morirse justo cuando más se le necesitaba. Es claro, que para efectos de no seguir trastocando constituciones, dejó un lapso intermedio a Maduro, suficientemente inepto como para no opacarlo, con la intención de volver gloriosamente después … se murió antes.

Ahí comenzaron en el 2014, a desmoronarse todos los proyectos paralelos al mismo, desde Lugo hasta Cristina … y la cuenta sigue, el último fue Perú; paradójicamente, aquellos países, que siguieron las líneas tradicionales, activas, incluyentes del socialismo (Chile, Uruguay) sin plegarse al proyecto Bolivariano, siguen adelante con buenos índices tanto económicos, como sociales, como de aceptación popular.

En nuestro país, el asunto es lamentable.

No solo los dos últimos gobiernos, han tomado la estrategia escritorio, sino que no han sabido rodearse de gente con conocimiento técnico académico necesarios para jinetear una situación salvadoreña muy difícil, y además se han distanciado con el tiempo de los sectores populares, del diálogo constantes con trabajadores, estudiantes, grupos en defensa de ampliación de derechos, etc.

Es más, han pactado treguas con delincuentes y tan mal hechas, que hoy ellos mismos proceden a meterse presos.

Y ha crecido en el oficialismo, el número de funcionarios ejerciendo el "socialismo de escritorio", pago de favores, que ha hecho crecer desmesuradamente el aparato burocrático estatal, con gente tan incapaz en el desarrollo de sus funciones, que su eficiencia es inversamente proporcional a su número.

O sea, nula.

Y los sueldos de todos estos “fabricantes de cebo” los pagamos nosotros, bah! Pagamos los préstamos que se hicieron sobre préstamos que vienen a tapar agujeros para pagar el aparato estatal … y no les alcanza, por eso el “manotazo” desesperado a los ya “manoseados” fondos de pensiones.

El socialismo de escritorio hoy despotrica sobre el dolor y la injusticia porque lo leen en los periódicos, pero no lo saben llamar por su nombre, razona las injusticias pero no las vive con el otro y por lo tanto no le duele profundamente. No se ensucia, por eso las muertes nuestras de cada día no son asesinatos son “percepciones” , porque desde la seguridad del escritorio todo está limpio y en su lugar. Pero la injusticia no es una percepción, la falta de capacidad tampoco y va mucho más allá de lo que podemos pensar. El nivel de vulnerabilidad y violencia en la que viven sometidos los más marginados de nuestro país no se puede imaginar desde allí. 

En la vida cotidiana, en la realidad que vive cada salvadoreño, los efectos son devastadores y dolorosos.

Y a El Salvador compatriotas, o lo sacamos del hoyo entre todos o nos hundimos con él.