Ha llegado un deseo bastante propio,
es un deseo que dicta la piel ...
cada espacio de mi ser,
que va bajando la guardia,
que algún día mantuvo cautivo
el rincón,
donde solo tu
has llenado a plenitud.
Ha llegado un deseo, que lleva tu nombre,
que posiblemente dejaste grabado
en cada beso, que me diste,
en cada caricia con ruta propia
que diseñaste, como para robarme el aliento.
Ha llegado más constante este deseo,
donde sí te pienso me rindo y me doy por vencida,
entre el sabor de tus besos, y la pasión sin medida.
ha llegado a mi este deseo
que me atrapes en tu sueño,
que me desvistas el alma,
de nuevo en ese silencio
donde tus labios y los míos se empiezan a perder,
para llegar al mismo sitio donde
me encuentras y te encuentro..
atrápame en tu sueño, mientras el tiempo
nos empuja a encontrarnos...
mientras dentro de mi crece el deseo intenso,
que me vuelve perversa, que me hace traviesa,
atrápame en tu sueño,
porque aquí están las alas de la fantasía,
de una pasión propia, tatuada en tu piel y en la mía.
atrápame en tu sueño, en el más húmedo de ellos
siénteme un día más.

No necesito recorrer largas distancias
nadar contra corrientes espantosas,
07:26 am suena la alarma del despertador, esta ha sonado unos minutos más tarde de lo normal, -¡!maldita alarma¡! nunca suena a la hora indicada-hubo un apagón anoche quizás; saltó de la cama como un soldado que va a la guerra, tomó una ducha rápida, me visto, no hay tiempo para combinar camisa, pantalón y corbata, salgo despavorido para el trabajo, a dos cuadras la mente me juega una mala pasada, las neuronas me recuerdan que he olvidado mi teléfono celular, -¡!maldita sea¡!-digo en mis adentros, regreso por él, llego a la parada del autobús y éste ya ha partido, no me queda más que esperar el siguiente.
Romeo y Julieta sí existieron, pero no eran italianos, sino que vivieron en la India y se llamaban Malava y Malati.