
No necesito recorrer largas distancias
nadar contra corrientes espantosas,
o hacer vuelos de carácter imposible,
tampoco debo escalar montañas enormes,
para alcanzar la sensación perfecta,
a la que llego al sentirte en mi.
Solo necesito pensarte un poco,
atraparte con mis ansiosas manos,
enredándote en caricias únicas
que te hagan sentir más allá
de este mundo, como fue ayer.
Cierro mis ojos para sentirte
así totalmente vivo, pleno, pasional
llevándote mis besos, robándome la piel,
arrebatadamente entregado al placer,
donde sabes llegar, quedarte y no borrarte
por el derroche de vida que dejas en mí.
Cierro mis ojos para sentirte
para tenerte en la madrugada ideal,
donde la humedad de nuestros cuerpos
se entienden , y encienden ese fuego
que va por dentro quemándome,
quemándote, con intensidad propia.
Así quemas por dentro,
así vives en mí, más allá del recuerdo
más allá de la ausencia,
así quemas siendo sol, mi sol, en
las frías horas que pasan lento,
donde me lleno de ti
y cierro mis ojos para pensar en ti.

Nadie supo muy bien que pasó y si fue realidad o un “ardid” publicitario para poner la Copa Mundial de Fútbol 1966 a la máxima atención mundial … cosa que de hecho ya tenían …

No te cambia la personalidad, aunque te cambies la camiseta, calzoneta, silueta, falso profeta, pizpireta, poco de poeta, mucho de coqueta, no te cambia el cerebro aunque te agregues 3 centímetros de nalgas y 2 números de tetas, sos la misma zoqueta, inquieta, que fuiste en los noventa …