El principal obstáculo a vencer, para nosotros salvadoreños, si queremos realmente solucionar los problemas del país, es tan solo uno: la total falta de identidad.
Un cachito de historia
Las marchas y contramarchas tienen su origen en la Roma republicana en el 107 AC, cuando los “senatoriales” querían impedir a toda costa que un “palurdo” (provinciano, no nacido en Roma, sino en Arpino) como Cayo Mario pretendía llegar a cónsul.
Sacaban a todos sus empleados, esclavos y clientes a impedir que las tribus votantes llegaran a las urnas si eran favorables a Cayo Mario, pero este exitoso general, de extracción provinciana, que no tenía siquiera derecho a voto, sacaba sus propias marchas con sus ex soldados y clientes para impedir que los otros impidieran … en resumen, Mario fue cónsul siete veces.
En la Revolución Rusa, las familias zaristas, que no querían perder sus campos, minas y demás recursos de explotación, sacaban a sus trabajadores con picos, palas, azadones en marchas, pero los bolcheviques, que querían sacar al Ejército de la primera Guerra Mundial, salían con armas, los soldados que volvían de la guerra o desertaban se les unían, y corría la sangre por las calles de San Petersburgo en 1917 … ganaron los bolcheviques.
Sábado 4 octubre
Lo mismo, pero en su versión más absurda, un puñado personas bailando en el Salvador del Mundo, otra puñado bailando ska en el Redondel Masferrer (con cuarenta carros parqueados sobre el redondel mismo, en sus jardines, donde las familias salvadoreñas llegan a sentarse con sus hijos, y éstos, siguiendo el ejemplo de uno de sus mentores que gustaba de subir Ferraris al redondel, se pasean en el mismo) … aquí no gana nadie, pero pierde el país.
Las marchas plantean diatribas, discusiones, pleitos de troles en redes sociales, pero no aportan ni una tan sola solución … nos nubla el partidarismo.
Entonces viene la falta de identidad y por ende la copia de modelos, los Indignados en España carecieron de color político, en Guatemala, triunfó la convocatoria popular masiva, porque no hay arraigo político, o sea, para cada elección surgen ocho partidos nuevos, y no hay continuidad en el poder, partido que gana elección desaparece en la elección siguiente … o sea, se prioriza el caudillismo o liderazgo sobre el partidarismo.
Aquí, en El Salvador, en un sistema bipartidario, sin alternativa de terceras alternativas que si surgen no actúan más que de meretrices de uno de los dos partidos grandes, no son marchas y contramarchas lo que nos van a llevar a salir de esta deprimente situación … es más, estas marchas, no dejan de ser la absurda comprobación de estos parámetros de vida política.
Las marchas gritan consignas pero nadie las escucha
Las marchas convocan gente pero llegan los mismos seis
Las marchas luchan por el país pero el país está preocupado por ver de dónde saca comida para alimentar a sus hijos
Aquí no es así
No tenemos un sentido de comunidad, si de Patria, pero no de país, priva el interés individual sobre el grupal, a lo sumo protegemos a nuestra familia y lo que pase fuera de ese entorno, nos es indiferente …
Nos hemos ido acostumbrando, aún más, a ser indiferentes, indolentes, ante la crisis, ante los robos, los homicidios nuestros de cada día, la clase política en general, los absurdos que se cometen a diario en nombre de los pobres …
Es importante recordar que una CICI, mandato de Naciones Unidas, solo puede implementarse si la solicita el Poder Ejecutivo, y aquí no lo van a solicitar porque muchos de ambos bandos se van en la colada …
Tampoco es cierto ni válido esconderse detrás de la excusa de que no es constitucional … somos como país, firmantes de la Convención de Naciones Unidas y como tal, pueden intervenir en asuntos nuestros, es más, ya lo hicimos con ONUSAL en los Acuerdos de Paz. Siempre es bueno volver a la Historia.
A El Salvador no lo arregla una marcha y una contramarcha … lo comienza a solucionar un liderazgo civil no político, prominente y objetivo, que trace un plan viable y conozcamos de antemano todos el camino, sin curvas …todos detrás de uno, y que este uno no nos decepcione …
Y a El Salvador compatriotas, o lo sacamos del hoyo entre todos o nos hundimos con él.
Para agradecer la venida del 2015 y que se vaya el 2014 de un solo, Salvadoreños, que nos han tratado de la patada estos días a este paisito nuestro que respira apenas y sobrevive sin pisto y con demasiados muertos.